Shevarnadze aplaude la revolución contra Ceaucescu
ENVIADO ESPECIALEl ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, hizo ayer en Bucarest encendidos elogios de la revolución rumana contra Nicolae Ceaucescu, la comparó con la "propia revolución [soviética] que es la perestroika" y calificó de "profundamente desagradables" sus contactos con el dictador ejecutado. "Somos contrarios a toda dictadura. Ésta es inaceptable, sea supuestamente comunista o burguesa", señaló. También mostró absoluto desinterés por el futuro del Partido Comunista Rumano, que, tras la caída de Ceaucescu, se da prácticamente por desaparecido.
"Las relaciones entre Rumanía y la URSS están basadas en los principios de la igualdad absoluta, interés comunes y respeto mutuo. Los partidos que existan son asunto exclusivo del pueblo rumano, y siempre respetaremos su voluntad" declaró Shevardnadze. El ministro soviético insistió en que Moscú no había mantenido "contactos con el Frente de Salvación Nacional" antes del 22 de diciembre, día en que cayó Ceaucescu. No reveló, sin embargo, si había tenido contactos con miembros actuales del mismo como Silviu Brucan o Ion lliescu, nuevos hombres fuertes con claros vínculos en la URSS.Shevardnadze se unió ayer por primera vez a los llamamientos de los nuevos Gobiernos de Checoslovaquia, la RDA y ,Hungría para una reforma radical del Consejo de Asistencia Económica Mutua (CAME) en vísperas de su próxima reunión que se celebrará en Sofía. El régimen de Bucarest y el también derribado de Berlín Este bajo Erich Honecker eran los máximos frenos al plan de integración del CAME propuesto por Mijaíl Gorbachov y bloqueado por estos dos países en su reunión de Praga hace dos años.Frente a crecientes presiones nacionalistas entre la población de Rumanía y los rumanos habitantes de la República Soviética de Moldavia -tras la caída de Ceaucescu- de anular los efectos del pacto Stalin-Hitler de 1939 y buscar una reunificación de la Moldavia rumana, Shevardnadze manifestó: "Entiendo que las nuevas autoridades rumanas aceptan las resoluciones del Acta de Helsinki", y que no hay razón para mover fronteras si éstas se hacen permeables.
La Unión de Escritores de Rumania había solicitado en vísperas de su llegada la apertura de la frontera soviético-rumana. Las autoridades rumanas, por boca de Silviu Brucan, ya habían adelantado que no mantienen reivindicación territorial alguna con la Unión Soviética.
Respecto a la evolución política en el Frente de Salvación Nacional, fuentes soviéticas que acompañaban ayer a Shevardnadze: manifestaron a EL PAÍS que han percibido la voluntad de la nueva dirección de hacerse con el aparato del Estado heredado de Ceaucescu y que "de hecho la tentación sandinista existe". No obstante, manifestaron que tras las conversaciones mantenidas por la delegación soviética en Bucarest, ésta parte con la convicción de que todavía es muy pronto para analizar las vo luntades reales de los grupos que forman el frente. "De aquí a abril, este proceso se irá clarificando. Muchos quieren hacerse con el aparato. Otros están convencidos de que, si lo desmontan, el país se desmoronará".
Iliescu y Roman
Shevardnadze realizó ayer un visita. oficial de 10 horas a la nueva Rumanía y se entrevistó con el presidente del Consejo del Frente de Salvación Nacional, Ion llíescu, y con el primer ministro, Petre Roman, en conversaciones que calificó de "plenas de contenido e interés"."Nunca antes llegué a un país cargado de tantas emociones. Se deben a la conciencia del momento histórico. Esta revolución rumana tiene un gran significado europeo y mundial, señaló en una breve intervención al comienzo de su conferencia de prensa en el hotel Intercontinental de Bucarest, fuertemente vigilado por fuerzas militares rumanas apostadas en todas las esquinas y accesos a la sala con fusiles de asalto Kalashnlkov.
"Apoyamos la revolución, y en la medida de nuestras posibilidades le daremos nuestro apoyo político, económico y moral" dijo Shevardnadze, que, tras el húngaro Gyula Horn, es el segundo ministro de Asuntos Exteriores extranjero que llega a Bucarest a demostrar el apoyo de su país al proceso emprendido con la caída del dictador Ceaucescu y su solidaridad con la lucha san grienta habida en diciembre en Rumanía.
La URSS ha prometido a Rumanía el suministro de 22 millones de metros cúbicos de gas natural diarios y 390.000 toneladas de petróleo en enero como ayuda inmediata para pasar un duro invierno, en que, como dijo el ministro soviético, "habrá grandes dificultades en superar las secuelas de la dictadura". Aseguró que el pueblo soviético, que "ha seguido con entusiasmo la revolución rumana", comprende plenamente la suspensión de las exportaciones de alimentos rumanos a la URSS, una de los principales causas del grave desabastecimiento que ha sufrido la población bajo Ceaucescu desde 198 1, año en que el dictador se sumió en su obsesión de pagar la deuda externa a ritmo acelerado.
Preguntado Shevardnadze sobre si había previsto la caída del dirigente rumano y que opinaba de los últimos encuentros que mantuvo con Ceaucescu, el jefe de la diplomacia soviética manifestó: "No soy profeta, pero también puedo decir que tras mis encuentros con Ceaucescu siempre me iba con sensaciones desagradables".
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