Grupos radicales húngaros linchan a policías rumanos
Miembros de la policía de origen rumano están siendo linchados en Transilvania por la población húngara. "En los últimos días son bastantes los muertos por acción de grupos radicales. Los muertos son todos policías y todos de etnia rumana. No es en un pueblo aislado", manifestaron ayer fuentes rumanas consultadas por EL PAÍS. Los agravios del pasado y la especial represión a la minoría húngara por parte del aparato del dictador ejecutado Nicolae Ceaucescu se cobran así unas víctimas que amenazan con una escalada de la violencia nacionalista en la nueva Rumanía similar a la existente en diversas repúblicas soviéticas.
La Prensa y los medios oficiales rumanos guardan absoluto mutismo al respecto. Las organizaciones oficiales húngaras en Rumanía y la República de Hungría han manifestado su apoyo al proceso de transición y su renuncia a cualquier revisión de fronteras entre los dos Estados en la conflictiva región transilvana, que perteneció a Hungría hasta la Primera Guerra Mundial. En Rumanía viven dos millones de húngaros.Sin embargo, desde hace días son activos ya grupos nacionalistas húngaros y rumanos en esta región que hacen temer enfrentamientos armados o al menos físicos entre ellos. Algunos colectivos húngaros han llamado ya a una "reunificación húngara" con la anexión de Transilvania a Hungría. Los rumanos, hostiles desde siempre a una minoría húngara dominante durante siglos de ocupación y alimentados en su odio por la propaganda antihúngara de Ceaucescu, son mayoría en Transilvania, aunque no en todas las localidades.
Mientras se dispara la escalada, del nacionalismo húngaro en Transilvania pasa otro tanto con el rumano en Moldavia, donde cada vez son mayores las voces que piden una revisión de fronteras con la URSS y la recuperación de la Moldavia hoy soviética.
En Bucarest, varios miles de estudiantes se manifestaron ayer contra los intentos del aparato de la dictadura de Nicolae Ceaucescu de perpetuarse en el poder; mientras se incrementan los indicios de fuertes luchas en el seno del Frente de Salvación Nacional, que tomó el poder tras la revolución.
En diversas localidades transilvanas se han producido, además de linchamientos de antiguos represores al servicio de la dictadura, los primeros enfrentamientos abiertos y directos entre la población de húngaros y rumanos que conviven en esta región. El clamor entre los rumanos en la Moldavia occidental en demanda de una revisión de fronteras con la URSS y la recuperación de Besarabia, hoy soviética sigue aumentando.El Frente, por boca de Silviu Brucan, manifestó que "no hay un problema de Besarabia", y el ministro soviético de Asuntos Exterlores, Edvard Shevardnad ze, declaró en Bucarest el sábado que entiende que las nuevas autoridades respetan los acuerdos del Acta de Helsinki" y, por tanto, las fronteras existentes Rumanía anunció, por otra parte, su reconocimiento de todas las resoluciones de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa en Viena, que Ceaucescu se negó a aceptar
Divisiones
Por otra parte, estudiantes, escritores y miembros de grupos de la oposición mostraron ayer su temor a que, caído el dictador, la población se deje de nuevo desmovilizar con el "mal menor" que sería un "régimen de libertad vigilada". En el Frente de Salvación Nacional se han producido ya graves disputas entre aquellos partidarios de asumir el poder sin permitir más que una oposición testimonial y aquellos que tienen intención real de abrir el país a un régimen dernocrático y pluralista y una economía de mercado de corte occidental.Los estudiantes concretamente han irrumpido con fuerza en la escena política. Unos 5.000 se concentraron en el Instituto Politécnico de Bucarest, doride nació la contestación estudiantil, para mostrar su voluntad de permane cer movilizados hasta la instauración de una verdadera democracia en el país.
Un delegado declaró ante los manifestantes que "hemos sido los últimos esclavos en una Europa donde todos los países marchaban hacia la libertad. Ahora reemprendemos la lucha para conseguir la victoria de la democracia después de 25 años de dictadura y opresión". Los estudiantes gritaaban "Libertad" y hacían el signo de la victoria.
"Sacar de las cabezas de nuestra gente, dirigentes y población, el síndrome Ceaucescu, la desconfianza mutua y la política de ordeno y mando será un largo y doloroso proceso. Con el perro no ha muerto la rabia. La tentación de control, de censura y de ejercicio del poder desde arriba está viva", manifestó un estudiante que, participante en la toma de la sede de Televisión y protagonista de la revolución, ya no se atreve a dar su nombre por "represalias de los de siempre".
Los protagonistas del levanta miento contra Ceaucescu han comenzado a reaccionar ante lo que consideran el grave peligro de que "la revolución sea secuestrada" por grupos del antiguo régimen que mantienen intactas las estructuras y los hábitos de gobierno. También en otras ciudades del país se han producido manifestaciones de descontento por la permanencia en sus puestos de la práctica totalidad de los cuadros administrativos y represivos de la dictadura.
[Los médicos españoles Andrés Aznar y Fabiola Alegret, pertenecientes a la asociación "Médicos sin Fronteras", se encuentran en las regiones rumanas de Ploiesti y Galati para evaluar las necesidades de los hospitales y dispensarios del área, informa Efe].
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