Todo a punto para juzgar a los principales colaboradores de Ceaucescu
ENVIADA ESPECIAL, Unos 50 fiscales han llegado en los últimos días a Bucarest para participar en los juicios contra los principales colaboradores de Nicolae Ceaucescu. Emil Bobu, número tres de la dictadura; Nicu Ceaucescu, hijo del dictador, y otros máximos baluartes de la tiranía, se sentarán esta semana en el banquillo bajo las acusaciones de "complicidad con el genocidio, connivencia con los crímenes cometidos durante la dictadura y destrucción de la economía nacional", según informó el fiscal general rumano, Gheorghe Robu.
Son los principales entre. los varios centenares de detenidos desde la revolución que culminó con la ejecución del dictador y su esposa, Elena, el 25 de diciembre. Emil Bobu; Valentín Ceaucescu, hijo mayor del dictador y responsable del programa nuclear; el general Nagoe Marin, jefe del brazo armado de la Securitate, y Dimitru Popescu, rector de la escuela de formación del partido fueron detenidos el sábado ante la presión ejercida por la manifestación de varios miles de personas ante la sede del Gobierno, el pasado viernes. Cuatro aliados de primera fila del dictador que junto con Nicu Ceaucescu, comparecerán ante los tribunales esta semana."Ningún culpable se sustraerá a la justicia", declaró Robu. Durante las tres últimas semanas se han instruido los sumarios de gran parte de los detenidos por su implicación con el antiguo régimen y su resistencia durante la revolución. Un proceso lento y complicado porque, según el fiscal general, "muchos apenas saben leer y escribir", lo que ha provocado dificultades en sus propias declaraciones.
La impopularidad creciente del Frente de Salvación Nacional (FSN), en el poder desde la caída de Nicolae Ceaucescu, ha acelerado las detenciones y los juicios contra unos hombres que hasta hace tres días aún trabajaban en libertad. La presión popular, manifiesta en la concentración del viernes y en numerosos comunicados de estudiantes, obreros e intelectuales, está debilitando un Gobierno integrado en gran parte por miembros de la anterior dirección. Las protestas en Timisoara y Brasov han provocado ya las dimisiones de los respectivos presidentes regionales, miembros también del FSN Lorin Fortuna, presidente de Timisoara, se vio obligado a dimitir en el mismo balcón municipal desde el que intentaba dialoga con una masa enfurecida, agolpada al grito de "abajo con la dirección del Frente". Los manifestantes pedían la presencia del Ejército, que respondió con el nombramiento del general Gheorghe Popescu como líder provisional hasta la elección de un nuevo consejo regional, el próximo viernes.
El pueblo, una vez desatado el proceso de cambio, parece no querer conformarse con un simple lavado de cara de la vieja dirección. El diario Romania Libera, uno de los baluartes revolucionarios, pedía ayer la dimisión Dimitri Mazilu, vicepresidente, que formó parte hasta hace dos años de la dirección de la Securitate, en la que alcanzó el cargo de coronel, aunque después cayó en desgracia por elaborar un informe sobre los derechos humanos para la ONU.
Acosado por las protestas, el FSN ha convocado un referéndum para el próximo día 28 sobre dos temas: la reimplantación de la pena de muerte, abolida tras la ejecución de los Ceaucescu, y la ilegalización del partido comunista.
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