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Los misterios de la memoría personal de Georges Simenon
JOSE MARIA DE AREILZAA principios del pasado año el escritor belga Georges Simenon anunció que dejaba de escribir novelas para dedicarse a escribir sus memorias. "Mis memorias serán", afirmó Simenon, "totalmente verdaderas, cándidas y verdaderas. Por tanto, resultarán estremecedoras". El hombre de la pipa, que vive en Suiza alejado de la fama que le ha procurado su literatura de masas, tiene ya 78 años. Cree haberlo dicho todo, excepto aquello que más le importaba a él. Lo logró en esas memorias, que hace tres semanas fueron publicadas por la editorial Presse de la Cité, de París. En este artículo se hace un recorrido por ese libro.
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'Muerte en Venecia': Visconti, entre el refinamiento y la grosería
Muerte en Venecia es una película que ha despertado pasiones a favor y en contra. Algunas de las primeras han llegado al papanatismo y entre las segundas hay casos de arbitrariedad. Contra unos habría que decir que no es, ni mucho menos, una película perfecta, y contra otros que tampoco es una nadería. Se trata de un filme complejo, incluso en sus defectos, y que, para Visconti, supuso un compromiso personal grave, del que supo salir en parte con dignidad y en parte haciendo trampas. La historia, ideada por Thomas Mann, del músico alemán Von Ashenbach -una amarga sombra de Gustav Mahler- y del adolescente polaco Tadzio, en medio de una Venecia decimonónica, mortecina y asaltada por el cólera, sigue despertando posiciones encontradas. Su reposición en TVE es, por ello, oportuna.