Póntelo fácil en junio: segundos, bocadillos y postres sencillos en freidora de aire
Una sección mensual para solucionar las comidas y cenas del día a día, con consejos para sacar el máximo partido a cada preparación, ingredientes que facilitan la vida y platos de temporada

Junio ya está aquí, y con él las ganas de disfrutar del buen tiempo, alargar la tarde en una terraza, pasear por el parque a la sombra o sucumbir a la tentación de pensar que un tomate abierto ya cuenta como cena rápida y acabar vaciando media nevera a pellizcos porque -sorpresa- luego tienes más hambre que Carpanta. Por eso hemos preparado una selección de segundos platos, guarniciones, bocatas y postres fáciles para comer rico sin deslomarse, que entran solos y puedes preparar en la freidora de aire mientras lees al fresquito del balcón.
Después de las recetas que saben a pasta -pero no lo son-, ideas para cocinar con las conservas que tengamos en la despensa, recetas primaverales con cuatro ingredientes y ensaladas veraniegas, 11 platos únicos para los que no es necesario encender los fogones, las recetas para táper, clásicos actualizados, platos de cuchara rápidos, cremas de verduras, recetas con arroz, platos únicos exprés para todos los gustos, y recetas de primavera, o aperitivos, ensaladas, sopas y otros primeros platos con satisfryer, vamos con los segundos en forma de carne, huevos o pescado con guarnición, bocadillos y postres. Como siempre, con ingredientes de temporada como boquerones y sardinas, maíz fresco, frutas de hueso o las hortalizas que tengas en la nevera.
¿Por qué proponemos cocinar con este pequeño horno de sobremesa, especialmente cuando empieza el calor? Porque se calienta rápido, consume poco y no te da esa sensación de sofoco vital que acecha cuando vas a encender el otro horno, a las puertas del verano y en plena ola de calor. Todas las instrucciones son para freidoras de las que tienen una sola resistencia arriba; si tienes una turbo-ultra-dual-súper-pro de dos resistencias; felicidades: no hará falta que des la vuelta a carnes o pescados a media cocción.
Con pollo
Pollo “frito-asado”
Una forma sencilla y limpia de disfrutar de pollo frito sin sumergirlo en aceite, aprovechando la grasa natural de la piel. Empieza con cuatro cuartos traseros de pollo medianos, cortados en dos piezas por la articulación, bien seco con papel de cocina y sin restos de plumas. Aliña generosamente con una mezcla de especias o hierbas al gusto, masajeando para que se adhieran bien; si es necesario, se puede pincelar con una cucharada de aceite suave para facilitar la adherencia. Calienta la freidora de aire a 190 °C durante tres minutos. Coloca las piezas de pollo con la piel hacia abajo en la rejilla de la freidora, asegurándote de que no se toquen entre sí para que circule el aire. Cocina durante 12 minutos, da la vuelta a las piezas -con la piel hacia arriba-, aumenta la temperatura a 200 °C y cocina 10 minutos más. Si aún no está suficientemente crujiente, puedes darle un ciclo adicional de dos minutos. Para asegurar el punto de la carne, pincha el pollo hasta el hueso con una brocheta o cuchillo fino: si el jugo que sale es claro, el pollo está listo; si es rosado o sanguinolento, dale un par de minutos más y vuelve a comprobar.
Alitas de pollo crujientes
Coge cuantas alitas quepan en la bandeja de tu freidora -sin amontonarse ni tocarse-, sécalas bien y alíñalas con sal, pimienta, ajo en polvo, pimentón o las especias que prefieras. Mezcla removiendo bien para que queden totalmente impregnadas. Cocínalas durante 25 a 30 minutos, empezando con la piel hacia abajo y dándoles la vuelta a mitad de cocción para que se hagan de forma uniforme y queden bien doradas.
Pechugas a baja temperatura

Empezamos con cuatro pechugas de buen tamaño, sin hueso. Salpimentar al gusto y aliñar con hierbas frescas o secas y ralladura de limón o naranja (si no tienen piel, añadir un chorrito de aceite de oliva). Masajear bien. Calentar la airfryer a 130 °C y cocinarlas, cubiertas con papel de horno o en papillote durante unos 25 a 30 minutos, dependiendo del grosor, dándoles la vuelta a mitad de cocción. Dejar reposar unos minutos antes de cortar y servir. Si se usan pechugas más grandes; por ejemplo, de pavo, aumentar el tiempo unos 10 o 15 minutos.
Huevos cocidos sin agua, al plato o “fritos”
Si pensabas que los huevos solo se cocían en agua o se freían en sartén, es hora de abrir la mente (y la cesta de la freidora). Empecemos por lo más básico: los huevos cocidos sin agua. Sí, has leído bien. Basta con poner los huevos enteros en la freidora calentada a 170 ºC, durante el mismo tiempo que los cocinarías en agua hirviendo -aquí tienes una guía, de pasado por agua a duro pero no sulfuroso- y enfriarlos bien después en agua fría para cortar la cocción, que no se pasen y se pelen fácil.
Para hacer huevos al plato busca una cazuelita apta para la freidora o un molde de horno pequeño, añade una base de tomate frito, verduras al vapor -guisantes, judías verdes, espinacas- o asadas, casca un par de huevos encima y aliña con sal, un poco de pimienta y un chorrito de aceite de oliva (tambien puedes añadir jamón, chorizo o queso). Cocínalo a 180 ºC de seis a ocho minutos, según te guste la yema.
El pan es innegociable, como para estos huevos “fritos” sin aceite. Engrasa ligeramente un molde tirando a plano -o un trozo de papel de horno dentro de una cazuelita-, casca el huevo, y cocínalo a 190 ºC durante unos cinco minutos. La clara queda hecha, la yema líquida, y el resultado es ideal si no eres fan de la puntilla.
Con carne
Brochetas con verduras
Con butifarra, ternera, cerdo, cordero y hasta albóndigas, las brochetas de carne y verdura son prácticamente un plato principal; con la freidora nos aseguramos una carne jugosa, verduras doradas y cero humo. Aquí va una guía rápida para clavarlo (perdón): corta la proteína en dados no demasiado grandes, marínalos al gusto si quieres y deja reposar desde 30 minutos a toda la noche en la nevera. Vamos con las verduras: pimiento rojo o verde, cebolla, calabacín, champiñones, floretes de brócoli o tomate cherry irán perfectos: si no son de bocado, córtalos algo más grandes que la carne.

Monta las brochetas alternando carne y verdura en palos (los de madera mejor remojarlos antes para que no se quemen). Engrasa ligeramente las brochetas si la carne es magra, colócalas sin amontonarlas y cocínalas a 190 °C durante unos 8-12 minutos, dándoles la vuelta a la mitad. El tiempo puede variar según el grosor y el tipo de carne, pero el resultado tiene que estar dorado por fuera, jugoso por dentro y con las verduras al dente. También puedes servirlas con una salsa de yogur, pepino y menta, tahini con limón, chimichurri o una mayonesa tuneada.
Lomo o cabecero de cerdo para tomar al plato o en bocadillo
Estos cortes asados en airfryer pueden quedar de escándalo si se tratan bien y cada uno según sus necesidades. En ambos casos, para preparar una pieza de entre 800 gramos y un kilo, lo primero es marinarla: pon en un bol dos dientes de ajo machacados, una cucharada de mostaza, un pellizco de comino molido, otro de tomillo y otro de romero, una cucharada de miel o azúcar moreno, sal, pimienta negra y un buen chorro de aceite de oliva. Unta bien la carne con esta mezcla y déjala reposar al menos en la nevera (si puedes dejarla toda la noche, mejor).

Sácala media hora antes de cocinarla para que se temple. Calienta la satisfryer a 180 °C, coloca la pieza en la cubeta y cocínala entre 30 y 40 minutos si es cabecero -10 minutos menos si es lomo-, dándole la vuelta a mitad de cocción. Una vez lista, déjala reposar unos 10 minutos entera para que los jugos se asienten y no se pierdan al cortarla. Puedes servirla tal cual al momento con una guarnición o dejar que se enfríe, lonchearla y usarla como fiambre.
Pescado
Boquerones rebozados, receta de Pamela Rodríguez (Uno de dos)
Para dos personas, necesitarás unos 500 gramos de anchoas o boquerones frescos eviscerados o desespinados, harina de garbanzo o una especial para frituras, sal, aceite de oliva virgen extra, limón y perejil. Salpica las anchoas con sal, pásalas por la harina de garbanzo, sacude el exceso y colócalas en la cesta de la freidora. Rocía ligeramente con aceite en espray y cocina a 200 °C durante unos cuatro minutos si son enteras (abiertas, sigue el mismo proceso pero reduce el tiempo de cocción a la mitad, vigilando bien para que no se resequen). Retira con cuidado, colócalas en una fuente, decora con limón y perejil picado y sirve calientes.
Salmón asado o en papillote
La ventaja del salmón en freidora de aire -aunque en sartén tampoco es que sea física cuántica, como explicó Mikel López Iturriaga hace poco en esta receta para convertirlo en una cena en 15 minutos- es que no tienes que girarlo a medio proceso, cuando está más delicado y podría romperse. Eso también ayuda a mantener pegados a su carne esos aliños un poco dulces y pegajosos, al estilo asiático, que le van tan bien. Simplemente ponlo sobre un trocito de papel de horno a 180 °C hasta que esté al punto que te gusta (también depende del corte y el tamaño). Si lo quieres muy crudo en el centro y algo tostado por fuera; ponle la piel hacia arriba y cocina precalentado a 200 °C.
Sardinas sin olor (o con mucho menos)
Sala tantas sardinas medianas o grandes sin tripa y sin cabeza como quepan en el cestillo sin tocarse. Programa 200 °C entre ocho y 12 minutos (dependiendo del tamaño). Dales la vuelta a mitad del proceso, y si quieres sirve con un aliño de ajo picado, limón, perejil y pimienta.
Acompañamientos verduleros
Patatas “fritas” en dados, al estilo griego (con caldo de pollo y limón) o a la panadera
Pela (o no) unos 800 gramos de patatas nuevas medianas y córtalas en cubos de unos dos centímetros. Lávalas -si quieres que queden muy crujientes, ponlas un rato en remojo para que suelten almidón-, seca bien y aliña con un chorro de aceite de oliva, sal y pimienta si quieres. Cocínalas a 200 °C durante 20-25 minutos, sacudiendo la cesta un par de veces durante la cocción: quedan buenísimas solas, con huevos o cualquier estofado.
Para cocinarlas al estilo griego, córtalas en dados gruesos. Mezcla con zumo y ralladura de limón al gusto, un chorro generoso de aceite de oliva, orégano seco, sal, pimienta y un diente de ajo picado. Añade unos 150 mililitros de caldo de pollo y mezcla hasta que las patatas estén bien impregnadas. Colócalas en la cesta -sin rejilla, en este caso-, con algo de espacio entre ellas y cocínalas a 200 °C durante unos 30-40 minutos, removiendo un par de veces.
A la panadera, corta las patatas en rodajas finas -medio centímetro- y mézclalas con un par de cebollas cortadas a pluma, sal, aceite y una hoja de laurel (romero o tomillo tampoco sobran). Cocina todo junto en la airfryer a 180 °C durante unos 25 minutos, removiendo de vez en cuando; da igual si se rompen un poco (puedes añadir un chorrito de caldo o agua si se secan demasiado).
Las verduras que tengas en la nevera
En este artículo propusimos nueve maneras y una técnica para preparar guarniciones verdurlas en la satisfryer: la que uso el 80% de las veces, empieza abriendo el cajón de las verduras para ver qué ronda por allí. Podemos cocinar varias a la vez si respetamos sus tiempos de cocción, añadiéndolas en distintos momentos según su dureza. Por ejemplo, patatas, alcachofa o cebolla deben entrar antes que unos espárragos, calabacín o champiñones: cada vez que sumes un ingrediente, aprovecha para remover. Las especias o hierbas y el aceite ayudan a realzar el sabor sin complicarse, y los 180 °C suelen ser una temperatura ideal para la mayoría de las verduras sin quemar los aderezos.
Mazorcas con mantequilla de ajo, cilantro y lima

Empieza fundiendo dos cucharadas de mantequilla en un cazo a fuego bajo, o en un bol resistente al calor en la misma airfryer, a 180 grados. Añade ajo picado y cilantro fresco al gusto, mezcla con la mantequilla y deja un par de minutos al calor, sin que lleguen a dorarse. Después, añade zumo y ralladura de lima y mezcla bien. Cocina cuatro mazorcas de maíz frescas -si no entran, puedes partirlas por la mitad o hacerlas en dos veces- unos 12 minutos a 200 °C hasta que estén ligeramente tostadas por todos lados. Una vez listas, úntalas generosamente con la mantequilla aromatizada, añade sal y pimienta al gusto y sírvelas bien calientes.
Bocadillos y tostadas
Pan de ajo exprés
Haz rebanadas no muy finas de pan de barra o baguette, úntalas con una mezcla de mantequilla, ajo picado, perejil, pìmienta, un pellizco de sal, reparte en el cestillo y cocina a 180 °C durante cinco o seis minutos. Si quieres ponerle queso rallado; puedes, pero en ese caso ponle menos mantequilla para que no quede muy graso.
Sándwich de queso fundido con lo que quieras
Monta el sándwich con pan de molde o brioche, queso o quesos fundentes en el centro y un poco de mantequilla untada por fuera (si vas a hacer más de uno, deja espacio para que circule el aire). Cocina a 180 °C entre seis y ocho minutos dándole la vuelta a la mitad, hasta que esté dorado por fuera y el queso fundido: si necesitas ideas para salirte del clásico mixto de jamón y queso, aquí van unas cuantas.
Bacon crujiente para un BLT, huevos revueltos o cualquier topping
Crujiente, delicioso y sin ensuciar la cocina: pon sobre la rejilla tiras de bacon de unos dos milímetros de grosor sin que se amontonen y cocina a 200 °C durante unos ocho a 10 minutos, dando la vuelta a la mitad para quitar la grasa que se acumule encima. Si quieres hacerte un BLT con él, aquí tienes la receta.

Postres
Manzanas asadas con canela
Quita el corazón a cuatro manzanas, espolvorea canela y azúcar, añade un poco de mantequilla y cocina a 180 °C durante 15 a 20 minutos, hasta que estén blandas. Sirve tibias, tal cual o con un poco de nata, chocolate o helado.
Empanadillas de mermelada, crema pastelera o compota
Calienta la freidora de aire a 180 °C durante cinco minutos. Mientras, extiende cuatro obleas para empanadilla y pon una cucharada generosa de relleno en el centro. Moja ligeramente los bordes coloca otras cuatro obleas encima y sella presionando con un tenedor o con los dedos. Pinta con un poco de leche o huevo batido con agua y si quieres espolvorea un poco de azúcar encima. Lleva a la bandeja -sin que se amontonen- y cocina de seis a ocho minutos, hasta que la parte superior esté dorada.
Fruta de verano con crema inglesa o helado

Podemos preparar esta receta -y muchas otras no necesariamente dulces, también son perfectas para acompañar carne de cerdo o pato- si cortamos en cuartos o gajos grandes melocotones, ciruelas, albaricoques y otras frutas de hueso, las pintamos con un poco de aceite o mantequilla fundida por la parte de dentro y las asamos a 190°C unos 10 minutos (con la piel apoyada en la base). La idea no es que queden blandas como una compota, sino doradas por la parte expuesta, manteniendo su textura. Sírvelas con crema o con una bola de helado, frutos secos picados o chocolate rallado, y a triunfar.
Más fácil todavía
- No recomiendo tirar el jugo que quedará bajo la rejilla en los asados (un motivo más para tener siempre la freidora limpia). Puede servir desde para aliñar las mismas patatas con las que acompañemos el pollo hasta para hacer un gravy o potenciar el caldo que vayamos a usar para un arroz o una sopa. Tiene una parte de grasa que, combinada con los jugos que va soltando el pollo durante su cocción, y las especias que lo acompañan, es una bomba de sabor con múltiples aplicaciones.
- Si vas bien de tiempo, puedes poner el pollo, las alitas o cualquier ave con piel que vayas a cocinar sobre una rejilla encima de una bandeja, y llevarlo a la nevera destapado durante 20 o 30 minutos. Esto ayudará a que la piel se seque un poco más, y tengamos una textura más crujiente.
- Aunque el olor del pescado azul se reduce muchísimo al cocinarlo en la airfryer, si quieres que se note aún menos ponla sobre una tabla debajo del extractor de la cocina.
- Para preparar cualquier postre usando la freidora de aire a modo de horno solo hay que tener en cuenta dos cosas: como su propio nombre indica, usa aire en la cocción, y precisamente por eso se calienta mucho más deprisa. Así que las magdalenas o los bizcochos medianos levarán muy bien, pero otros postres que necesiten mucho tiempo de horneado -como la tarta de queso- pueden resecarse por encima sin llegar a cocerse en el interior.
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