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La carrera de los hoteles más lujosos por ofrecer el mejor balneario tiene un nuevo competidor en el norte de Marruecos

El ‘spa’ del Royal Mansour Tamuda Bay, a las afueras de Tetuán, busca satisfacer a quienes buscan una mezcla de bienestar físico y mental, dieta sana y conexión con la naturaleza

Royal Mansour Tamuda Bay hotel Marruecos
Piscina exterior 'infinity' del nuevo 'spa' del hotel Royal Mansour Tamuda Bay, a 15 minutos de Tetuán, con acceso directo a la playa.Caterina Barjau

El camino adoquinado, serpenteado por algarrobos centenarios, naranjos y palmeras, culmina en un enorme portón de madera de roble. En la entrada, cinco empleados del Tamuda Bay esperan a los huéspedes con una sonrisa y sus impecables atuendos (en beis, verde y azul), a tono con los colores del lugar. Estamos a 15 minutos de la ciudad de Tetuán, conocida como la Paloma Blanca, y a una hora de la cosmopolita Tánger. En mitad de estos enclaves, en la mediterránea playa de M’diq, se encuentra el tercer hotel Royal Mansour Collection (tras Marraquech y Casablanca), propiedad del rey Mohamed VI, quien tiene su residencia veraniega colindante a este resort.

En este nuevo hotel, miembro de The Leading Hotels of the World, trabajan unas 500 personas para atender solo 55 habitaciones y suites. Una parte de ese equipo son médicos, destinados al Medi-Spa (la palabra “Medi” viene de médico y de Mediterráneo). Aunque abrió en verano, no será hasta el 1 de marzo cuando se pongan en marcha los programas de salud, belleza y wellness de este centro. Apenas existen spas médicos de este tipo en nuestro entorno más cercano. Marbella, Alicante, las montañas suizas o alemanas son algunos destinos saludables frecuentados por europeos curistas (asiduos a curas de belleza o salud en balnearios). La demanda hacia el camino del bienestar físico y mental, la dieta sana y la conexión con la naturaleza son presente y futuro. “El cliente de un spa de lujo ya no quiere simplemente una piscina de chorros o un buen masaje”, comenta David Lestelle, director del spa del nuevo Royal Mansour. “Nuestro enfoque va más allá. La tendencia actual implica cuidados específicos difíciles de llevar a cabo en una gran ciudad por falta de tiempo o dedicación. El objetivo de Tamuda Bay es ofrecer desde una analítica de sangre hasta sofisticados tratamientos basados en el bienestar integral y en la medicina well-aging, siempre bajo la supervisión de médicos especializados y acompañados de aparatología de última generación”.

El Royal Mansour de Tetuán quiere ser un referente en el norte de África de este movimiento que pone el foco en potenciar la medicina preventiva. Los programas se inspiran en los principios de las llamadas zonas azules: regiones mundialmente conocidas por la notable longevidad y salud de su población. “A los tratamientos más innovadores unimos las prácticas ancestrales de medicina ayurvédica o china diseñadas para ayudar a envejecer bien y vivir mejor mucho tiempo”, añade el doctor Denis Lamboley, especialista en medicina integrativa, medicina del bienestar y manejo del estrés, y autor de 30 libros sobre este tema.

La zona wellness, epicentro del hotel, ocupa una gran villa de arquitectura mediterránea-marroquí en tonos tierra y decorada con elegantes moucharabieh (celosías). Todas las habitaciones, restaurantes y zonas comunes, incluida una gran biblioteca con ejemplares cuidadosamente seleccionados, se unen por caminos que pueden recorrerse a pie o con bicicletas y coches de golf. Estos agradables senderos han sido creados por el paisajista español Luis Vallejo, que, después de cuatro años de trabajo, ha concebido este enjambre verdoso de especies del Mediterráneo africano y andaluz inspirándose en las dunas de la cercana laguna Smir. El resultado es un jardín abierto en paralelo a la costa.

Dentro del spa, de 4.300 metros cuadrados, hay dos piscinas con agua de mar, a 30 y 28 grados, recubiertas de ónix y mármol esmeralda. Deslumbran por su majestuosidad, que entona sin estridencias con suelos, paredes y mobiliario en colores arena, verde y azul claro. Los pequeños detalles, como las barras de zumos y tés marroquíes o la ausencia de olor a cloro o humedad —como ocurre en otros recintos de este tipo—, marcan la diferencia entre lo habitual y lo especial. Aquí, el término extraordinario se toma al pie de la letra. Samantha Amara, subdirectora del Medi-Spa, pone en conocimiento del cliente que sus terapeutas están formados en las mejores escuelas suizas. La maquinaria que se utiliza en los tratamientos de las confortables cabinas, como la ducha Vichy o algunos aparatos del gimnasio, han sido diseñados para este lugar. “La cueva de sal del Himalaya, que ayuda a mejorar las vías respiratorias, o los hammams de mármol, con varias estancias y camas de relajación, o el sutil aroma que nos acompaña —creado en exclusiva por el famoso perfumista Francis Kurkdjian— son puntos clave para sentirse en el nirvana”, explica.

Arquitectos, constructores y decoradores no han escatimado en materiales, como maderas y mármoles traídos de diferentes países. Tampoco en mano de obra. Los mejores artesanos marroquíes han realizado un minucioso trabajo. El resultado es ese lujo silencioso, nada ostentoso (no se ven oros, budas o brillos), que se mimetiza con el paisaje, el mar y las preciosas montañas del Rif.

Varios estudios publicados en la revista científica Nature Aging aclaran que prevenir o retrasar las enfermedades neurodegenerativas se puede conseguir mejorando la calidad de vida con una alimentación equilibrada, ejercicio y sueño reparador. Este es el lugar adecuado para aprender y practicar esos buenos hábitos. Los médicos que están al mando de la zona wellness explican que los programas que han diseñado incluyen medicina convencional e integrativa, pero también ayurveda o naturopatía. “Queremos abarcar todos los procesos del envejecimiento para ralentizar el paso del tiempo y garantizar una mejor calidad de vida”, apunta la doctora Sushitra Sidhardhan, especializada en medicina ayurvédica y formada en la Universidad de Kerala, en la ciudad india de Punalur, cuna del ayurveda.

Sidhardhan dice que, más que un retiro, los programas ofrecen un viaje holístico para ayudar a los huéspedes a convertirse en su versión más saludable. “Nuestro trabajo se basa en una evaluación integral de su salud física, mental y emocional, lo que permite crear curas personalizadas de cuatro u ocho noches”. Por otra parte, el hotel cuenta con varios restaurantes de chefs con estrellas Michelin, como el español Quique Dacosta, el francés Éric Fréchon y los hermanos Alajmo, de Italia, quienes pueden adaptar los menús prescritos por los médicos creando dietas de 1.300 u 800 calorías.

Los masajes ayurvédicos, el watsu (shiatsu en el agua), la acupuntura, el yoga terapéutico, el equilibrio metabólico o la gestión del estrés y de las emociones también forman parte de los programas. Pero tampoco hay que perder de vista los tratamientos de belleza facial y corporal, con productos de lujo e incluso, si el huésped lo desea, con sesiones de medicina estética.

El doctor Rajarajachozhan Ramachandran, especialista en naturopatía, apunta hacia un enfoque holístico de salud y vitalidad. La naturopatía tiene el objetivo de cambiar el estilo de vida y la alimentación del paciente a través de productos naturales, suplementos nutricionales, terapia herbal, ejercicio físico suave como el taichí o el chi kung o los masajes de chi nei tsang, que actúan profundamente sobre el abdomen. Ramachandran cree que contemplar la salud desde un punto de vista global (emociones, estado de ánimo, actividad física, nutrición, toxicidad, sueño…) es determinante para sentirse bien. “Aun así, en Tamuda Bay atendemos las necesidades de cada huésped combinando las terapias alternativas con la medicina científica y tradicional”, concluye David Lestelle, director del spa.

La oferta del Tamuda Bay en cuanto a tratamientos médicos, estéticos, dietas, masajes o ejercicio físico es tan completa que no es posible aburrirse, pero la acogedora Tetuán, aún virgen de turistas, es la excusa perfecta para salir del paraíso y pasear al atardecer. Llegamos al final de una buena lección de bienestar. El norte de África puede ser un punto de partida para empezar a cuidarse y vivir mejor. “Salud y belleza van de la mano’, es el principio del ayurveda”, apunta la doctora Sidhardhan.

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