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Rafael Moneo, el hombre polisémico

Tiento es vino, pero también aliento y camino, tacto y ensayo, aprendizaje y sabiduría. Tiento es Moneo: la esencia está en la relectura

HOGAR Y RESCOLDOS. Bayas negras pequeñas, preñadas de sabor antiguo. La cazuela de la pipa, tibia, desprende el aroma de una cálida acogida. Hojas de tabaco maduro. Cerezas y armañac. En el fuego, la meditación y la inspiración. Eucalipto y laurel en el alféizar. Propiedad y pertinencia: la arquitectura del paisaje impregna La Mejorada (monasterio vallisoletano fundado por Fernando de Trastámara, adquirido y repensado por Rafael Moneo) y modela sabores. Tiento 2011 se alza con la frescura del barro y la flor del granito en la mano. Explota en finura y picotas, en humedad y algarrobas. Hace pensar con respeto en la tierra. Penetra y posee. Moneo vive en Tiento 2011, poliédrico. Las mil caras de un hombre ante la aceptación del mayor reto: el aprendizaje a lo largo de la vida se puede concentrar en una cúpula que rezuma vino. 

La Mejorada, Tiento 2011

Ficha técnica: Vino de la Tierra de Castilla y León, 14,5%. Uva escogida en añadas muy buenas: a unos 750 metros sobre el nivel del mar, en arenas francas y arcilla profunda, tinta fina, cabernet sauvignon, malbec, syrah y merlot. Despalillada, fermenta espontánea. Doce meses en barrica nueva de roble francés. Precio: sobre los 40 euros.

Sensaciones: Es el corazón fluido de la tinta fina convertido en vino que repara almas y hace que uno cierre los ojos y se sienta cómodo y bien acogido por la tierra donde se hace.

A través del cristal: Sobre una bandeja de India & Pacific, portavelas de Jaime Beriestain y bolas de cristal de Catalina House. Copa y decantador, ambos
de Zwiesel 1872.

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