Segundo atentado en 48 horas
ETA buscaba la muerte con motivo de sus 50 años de existencia criminal, que se cumplen hoy. Los casi 300 kilos de amonitol de la furgoneta bomba que explotó el miércoles frente a la casa cuartel de Burgos no fueron suficientes para cumplir su objetivo. Milagrosamente no hubo víctimas.
Pese a la debilidad de la organización terrorista, tras las sucesivas desarticulaciones de su aparato militar desde noviembre de 2008 -incluido su jefe más carismático, Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki-, la ofensiva en curso demuestra su capacidad de regeneración.
Sólo habían pasado 40 días desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareciera en el palacio de la Moncloa para condenar el asesinato del inspector Eduardo Puelles.
MANU MENÉNDEZ | Palmanova
El despliegue policial selló los accesos a la isla por aire y mar y colapsó las carreteras
Espionaje a políticos en la Comunidad de Madrid
Sergio Gamón, director general de Seguridad hasta julio de 2008 y hombre de confianza de Esperanza Aguirre -ella lo fichó y lo mantuvo como asesor tras destituirlo por el presunto robo de un ordenador del área de Justicia-, es el alto cargo del Gobierno de Madrid que ordenó seguir noche y día al entonces consejero de Justicia y vicepresidente segundo, Alfredo Prada, en 2008.
El Tribunal Superior de Justicia de Valencia está estudiando si archiva, o no, el caso de los regalos de la trama Gürtel al presidente valenciano, Francisco Camps, sin tener aún sobre la mesa toda la documentación policial sobre este caso.
Dos espectaculares redadas contra la inmigración ilegal llevadas a cabo en menos de 48 horas en Tarragona se han saldado con la detención de 76 inmigrantes por carecer de documentación en regla. Los agentes identificaron a más de 160 extranjeros y ya se ha iniciado el proceso de expulsión del país a la mitad de ellos, informó el Cuerpo Nacional de Policía.
Los primeros 16 presos españoles a los que la dirección de la cárcel de Tánger comunicó su indulto tardaron en salir. El primer paso consistía en trasladarles, bajo escolta policial, de la prisión a la comisaría central para después llevarles al puerto, donde embarcarían rumbo a España.