Burgos sufre por partida doble el ataque terrorista
Los dos últimos actos criminales de ETA se han cebado de forma singular en Burgos. Tras el atentado del miércoles, que destrozó la casa cuartel de la Guardia Civil en la ciudad, ayer la capital burgalesa recibió un nuevo mazazo al saberse que Carlos Sáenz de Tejada, uno de los dos agentes asesinados en Baleares, era natural de Burgos. El Consistorio ha ordenado que hoy ondeen las banderas a media asta y pronto dará su nombre a una calle.
Mientras, la subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio, anunció ayer que, dentro del proyecto de reforma o derribo que se acometa en el edificio afectado por la explosión, se contemplarán también las medidas para que mejore su seguridad. La subdelegada aseguró que no le consta que se hubiera producido ninguna queja de los guardias civiles ni de sus familias sobre posibles faltas de seguridad, ni siquiera sobre el hecho de que no estuviera restringido el aparcamiento de vehículos en la parte trasera del cuartel. En esa zona, ETA estacionó la furgoneta cargada de explosivos que reventó gran parte de las 14 plantas del edificio. El lugar había sido señalado por la banda como objetivo, según confesaron algunos etarras detenidos con anterioridad.
Técnicos del Ministerio del Interior han revisado el estado de la casa cuartel para determinar en los próximos días si su estructura ha resistido el impacto de la explosión y puede evitarse el derribo. A media tarde, los bomberos acompañaron a algunas familias a sus viviendas destrozadas para recoger objetos personales.
La subdelegada ha advertido de que sea cual sea el resultado del informe, la vuelta de los guardias civiles y sus familias a la casa cuartel se demorará varios meses. Las 117 personas que se encontraban en el edificio -entre ellas 41 niños- están alojadas en un establecimiento del Ministerio de Defensa en la capital burgalesa.
Tras estudiar cada caso personal, Trillo pretende fijar una residencia provisional próxima al lugar donde estudien los niños o donde trabajen los miembros de la familia que no son guardias civiles. En la casa vivían en total 206 personas.
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