Detenido el ex presidente argentino Menem por contrabando de armas
El ex presidente argentino, en arresto domiciliario, considera 'una injusticia' la acusación del juez
Croacia y Ecuador recibieron cargamentos de armas argentinas por valor de 100 millones de dólares (casi 20.000 millones de pesetas) cuyo destino oficial era Panamá y Venezuela, respectivamente, según decretos que firmaron Menem y sus ministros de Defensa, Economía y Relaciones Exteriores, cuando estaban sujetos a prohibiciones internacionales. El contrabando, denunciado a finales de 1995 por el abogado Ricardo Moner Sanz, causó un gran escándalo debido a que Argentina envió tropas para formar parte de los cascos azules desplegados por Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia. Además, Argentina fue uno de los países 'garantes' del acuerdo limítrofe vigente cuando estalló el conflicto bélico entre Ecuador y Perú y fue uno de los mediadores entre ambos países andinos, que a finales de 1998 pusieron fin a sus disputas territoriales.
El delito por el que se acusa a Menem no permite la excarcelación y tiene una pena de entre cinco y diez años de prisión. En esta causa, por la que están procesados más de 40 acusados, entre ellos varios oficiales del Ejército y altos cargos del Gobierno que encabezaba Carlos Menem, ya cumplen prisión preventiva a la espera del juicio oral, entre ellos el ex cuñado del presidente, Emir Yoma; el ex ministro de Defensa Antonio Erman González, y el ex jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra general Martín Balza.
El juez Urso también ha procesado al ex canciller Guido Di Tella; a Oscar Camilión, el sucesor de González al frente de la cartera de Defensa; a Luis Sarlenga, ex director de la empresa estatal Fabricaciones Militares. Carlos Menem, el presidente democrático que más años gobernó en la historia de Argentina, fue detenido acusado de ser el jefe de una asociación ilícita para el contrabando de armas de la que Yoma, Balza y González son acusados de ser sus 'organizadores'. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, que ocupó el mismo cargo durante la gestión de Menem, entre 1991 y 1996, es el único de los firmantes de esos decretos de venta que no ha sido procesado por el juez Urso.
El ex presidente consideró que se estaba cometiendo una 'injusticia' cuando el juez le comunicó que había decidido detenerlo, según dijo ayer uno de sus abogados. Mariano Cavagna Martínez aseguró que Menem se mostró 'sorprendido' por la resolución del juez de arrestarlo y le dijo que 'sentía que se estaba cometiendo una injusticia'. El abogado afirmó que 'por el momento' los defensores del ex jefe de Estado no tienen previsto solicitar la excarcelación de su cliente y dijo que 'no hay razones' para pedir la recusación del magistrado que lleva el expediente. 'Menem tenía la rabia de sentirse sujeto pasivo de una injusticia', declaró el letrado a los periodistas al salir de los tribunales de Buenos Aires.
Las fuentes judiciales consultadas coincidían en advertir ayer de que los errores de procedimiento cometidos por el juez, como el de anticiparle el pasado miércoles al general Martín Balza que quedaría detenido antes de que iniciara la ampliación de su declaración indagatoria y el adelanto intempestivo de la audiencia para tomarle declaración a Menem, prevista en principio para el 13 de julio, 'pueden ser deliberados y parte de una estrategia para provocar la recusación que le libraría de seguir con esta causa'.
En una sala contigua, Cecilia Bolocco no pudo contener las lágrimas. La presentadora chilena, flamante segunda esposa de Menem, con el que se casó hace dos semanas, fue rápidamente asistida por los empleados del juzgado. Más de cincuenta partidarios, entre ellos dirigentes de segunda línea de los sectores menemistas del peronismo, algunos legisladores como el diputado Adrián Menem, hijo del senador Eduardo Menem, y otros ex funcionarios y dirigentes del Partido Justicialista que lograron subir hasta la cuarta planta de la sede de los tribunales federales, comenzaron a insultar al juez cuando César Arias, ex secretario de Justicia, les confirmó que efectivamente Menem quedaría detenido. Golpeaban las paredes y gritaban: 'Urso, hijo de puta, la puta que te parió'.
El juez ordenó a la policía que hiciera desalojar el pasillo de ingreso a su despacho. En la calle, unos ochocientos militantes especialmente trasladados en autocar desde los barrios pobres del gran Buenos Aires con la promesa de que les darían 'unos pesos y algo para comer', hacían sentir sus bombos, la marcha peronista y la bronca: 'Urso, compadre, la concha [coño] de tu madre'. Los agentes de la policía contuvieron el avance de los más exaltados, que querían derribar las vallas de seguridad.
El helicóptero que llevó a Menem y a su esposa a su arresto domiciliario en la casa de su amigo Armando Gostanián, ex director de la Casa de la Moneda, situada en el barrio de Don Torcuato, unos 30 kilómetros al norte del gran Buenos Aires, alertó a los vecinos del barrio, algunos de los cuales se acercaron para insultarle desde la calle y otros para solidarizarse con él. El Ministerio del Interior montó un operativo de seguridad y rodeó con agentes de policía el amplio chalé de dos plantas.
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