"Encantado de verle. Hace tiempo que le quería ver". Con estas palabras, pronunciadas con una emoción contenida, el presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, estrechó ayer la mano del líder norcoreano, Kim Jong-il, poniendo fin a más de 50 años de hostilidades -ambos países siguen teóricamente en guerra- entre el régimen comunista del Norte y su vecino meridional, convertido desde hace unos años en democracia de corte occidental. Ambos Kim recorrieron después las principales arterias de Pyongyang, atestadas de gente entusiasmada que les saludaba y aplaudía.
En el camino que le condujo al aeropuerto de Seúl, donde se embarcó ayer rumbo a Pyongyang, algunos ancianos exhibieron ante el presidente surcoreano, Kim Dae-jung, viejas fotografías en blanco y negro en las que aparecían los familiares que perdieron de vista durante la guerra civil (1950-1953) y a los que no han vuelto a ver desde entonces. Son todavía unos cuantos los coreanos del Sur que reivindican volver a encontrarse con aquellas familias atrapadas al otro lado del paralelo 38 que dividió la península.
El entierro multitudinario de Hafez el Asad se convirtió ayer en un plebiscito popular en favor de su hijo Bachar como nuevo presidente de Siria. Más de un millón y medio de personas, según la radio estatal, se concentraron durante toda la mañana en las calles de Damasco para dar su adiós al fallecido presidente y corear hasta la saciedad el nombre de Bachar, de 34 años, como su sustituto indiscutible. Decenas de dirigentes de la comunidad internacional apoyaron también con su presencia, en las exequias fúnebres, la candidatura única del joven aspirante a la presidencia.
Después de nueve meses de trabajo, la mesa de diálogo constituida por representantes de las Fuerzas Armadas y abogados defensores de los derechos humanos, e impulsada por el Gobierno, acordó en la madrugada de ayer un mecanismo para buscar a los centenares de desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet. Los militares se "comprometen solemnemente" a entregar al presidente Ricardo Lagos toda la información que consigan sobre el paradero de las víctimas, sin tener que revelar sus fuentes y en un plazo de seis meses prorrogables otro semestre.