Detenido el dueño del único grupo de prensa crítico con el Kremlin
Vladímir Gusinski -dueño del influyente grupo Media Most, al que pertenecen el diario Segodnia, la televisión NTV, la radio Eco de Moscú y la revista Itogui- fue detenido ayer por la Fiscalía rusa bajo sospecha de malversación de caudales públicos, abuso de poder y de confianza, y estafa, todos delitos contemplados en el artículo 159 del Código Penal ruso.
Aparentemente, se trata de un pretexto de la Fiscalía para continuar la campaña de intimidación lanzada por el actual régimen contra medios opositores a los que ve como enemigos. Desde Madrid, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que la detención de Gusinski le había sorprendido. "Espero que las fuerzas de seguridad tengan suficientes argumentos para realizar una acción de este tipo y que lo hayan hecho de acuerdo con la ley", añadió.Gusinski, que desde el año pasado mantiene relaciones muy tirantes con el Kremlin debido a la posición independiente de los medios que controla, se había presentado a la fiscalía a las 5 de la tarde para declarar sobre la presunta posesión ilegal de armas encontradas en sus oficinas por el Servicio Federal de Seguridad (SFS, ex KGB), que había hecho una espectacular redada en la que participaron decenas de agentes enmasacarados con fusiles automáticos el pasado 11 de mayo. Las confusas explicaciones oficiales -los registros fueron declarados ilegales por un tribunal moscovita al que recurrió Media Most- apuntaban a una investigación que la Fiscalía estaba realizando sobre presuntas irregularidades descubiertas en la firma Rússkoye Vídeo. La detención de ayer también se realizó en el marco de las investigaciones sobre Rússkoye Vídeo, empresa estatal de la que, según cree el juez instructor, un grupo de personas robó bienes por valor de 10.000 dólares (casi dos millones de pesetas) como mínimo.
Gusinski fue el único de los llamados oligarcas rusos que no apoyó al Kremlin en las elecciones parlamentarias de 1999 y que se negó a apostar por el candidato de éste en las presidenciales de marzo pasado. Por si esto fuera poco, NTV, la emisora de radio Eco de Moscú y los otros medios de su grupo criticaron duramente la política del Gobierno ruso en Chechenia y denunciaron las violaciones de los derechos humanos cometidos en la república norcaucásica rebelde.
Las presiones para acallar a Media Most han sido numerosas, desde económicas hasta abiertamente intimidatorias, como lo fue el asalto del SFS a las oficinas del grupo de Gusinski el mes pasado. Ahora el régimen ha dado un paso más y ha decidido detener al magnate, lo que predeciblemente provocará una ola de protestas tanto entre políticos rusos como en Occidente. Durante su visita a Moscú, el presidente Bill Clinton aceptó ir a Eco de Moscú para dar una entrevista en la que participaron los oyentes de esa radio, lo que fue interpretado como un claro apoyo de la administración estadounidense a la libertad de prensa en Rusia.
"El verano pasado cambió el equipo de la Administración del Kremlin y se adoptó un nuevo enfoque respecto a los medios de información -aunque en realidad se trata de uno viejo-: 'Quien no está con nosotros, está contra nosotros'. Por eso, el que desea distanciarse del poder se convierte en su enemigo", explicaba hace dos semanas Gusinski. Y agregaba: "En Rusia hay una clara involución. Al poder no ha llegado Putin ni se mantiene la Familia , sino que, ante todo, regresa el KGB".
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