"El nuevo Gobierno de Putin es una amenaza de régimen autoritario"
El vicepresidente del grupo ruso de medios de comunicación Most, Ígor Malashenko, estaba empezando sus vacaciones cerca de Marbella, en Málaga, cuando conoció la noticia: su jefe, el presidente de Most, Vladímir Gusinski, era detenido en Moscú. La casualidad ha querido que su descanso en España coincidiera no sólo con ese golpe al único grupo informativo que ha mantenido una línea crítica con el Kremlin, sino, además, con otra visita: la del presidente ruso, Vladímir Putin, a Madrid. Hoy, Malashenko se trasladará a la capital para ofrecer una conferencia de prensa inmediatamente después de la del presidente Putin. Su objetivo, contó anoche a EL PAÍS por teléfono, denunciarle: "El nuevo Gobierno de Putin es una amenaza de régimen autoritario".Pregunta. ¿Es la detención de Gusinski un acto político?
Respuesta. Es un acto con una motivación 100% política. Es la continuación del ataque a un grupo de noticias independiente que no se ha doblegado al Gobierno. Ya nos asaltaron el 11 de mayo los agentes del Servicio Federal de Seguridad . Vinieron enmascarados, intimidando, a la sede central del grupo Most, y se llevaron material. Aquello fue un castigo al coraje que hemos demostrado durante la guerra en Chechenia, en la denuncia de la corrupción que se comete en altas instancias del Estado y en el FSB. Es un acto de intimidación. Aquel asalto no funcionó. Nuestros medios de información han continuado trabajando sin estar intimidados, y por ello han decidido subir un grado más esa operación para intimidarnos y han detenido a Gusinski. Eso significa que el nuevo Gobierno ruso es una amenaza de régimen autoritario. El Kremlin quiere controlar al 100% la vida en el país, y va a usar cualquier medio que tenga en su poder para controlar el país. Lo que hay detrás de esto es la peor tradición del sistema soviético que tan bien conocemos.
P. ¿Dónde está ahora mismo el señor Gusinski? ¿En qué condiciones está detenido?
R. Está con los peores criminales del país, en la cárcel de Butilka, una de las peores, sin poder hablar con un abogado hasta mañana. Se le ha negado el derecho a hablar con un abogado porque le han detenido al final de la jornada de trabajo, y toda acción legal debe esperar a la mañana siguiente. Según la ley rusa, está detenido y en 10 días se le debe formular una acusación formal o ponerle en libertad.
P. ¿Cree que el presidente Putin conocía de antemano la detención de Gusinski?
R. Yo no sé si Putin sabía que la detención se iba a producir hoy. Si lo sabía, desde luego es una estupidez por su parte, porque está ensuciando la atmósfera justo cuando empieza sus visitas a España y después a Alemania. Pero estoy seguro de que ha dado luz verde a esta operación de represión, aunque luego no hayan elegido el mejor momento para llevarla a cabo. No tengo ninguna duda de que su objetivo es poner a nuestro grupo bajo su control, y para él es cuestión de tiempo. No tengo ninguna duda de ello. Nadie que conozca la burocracia rusa duda de que esta decisión pueda ser tomada sin la orden de Putin.
P. Cuando el presidente estadounidense, Bill Clinton, estuvo en Moscú, hace pocos días, se desplazó a la emisora Eco de Moscú, propiedad de Most, para ser entrevistado. ¿Lo interpreta como un gesto de apoyo a la libertad de expresión en Rusia?
R. Era un signo de apoyo político a la libertad de expresión, pero las autoridades rusas no captan estos mensajes. Es demasiado sutil para ellos.
P. Ahora que está aquí Putin, y también usted, y que le van a escuchar debido a la detención de Gusinski, ¿qué va a pedir a los países occidentales?
R. Ya no hay un telón de acero, ya no hay guerra fría ni Rusia es un país aislado. Por eso, si Putin está buscando aquí inversiones, debe quedarle claro que Rusia no será considerado un lugar seguro para los inversores si ocurren esas cosas. Espero que los líderes occidentales también se lo dejen claro.
P. ¿Están asustados los periodistas de Most?
R. No, no están asustados. Esta gente pasó mucho tiempo de sus vidas luchando por la libertad de prensa, y no están ahora dispuestos a perder lo que han ganado. Ahora mismo hay decenas de periodistas en nuestra televisión discutiendo esto y condenando lo ocurrido.
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