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Tribuna:CRÓNICAS
Tribuna
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El lector de Baroja

Juan Cruz

No sabe español, pero es un gran lector de Pío Baroja; es más, ahora va a aprender español para leerlo. ¿Galimatías? No, unas declaraciones del comisario Bangemann, de la Comunidad Europea, que en el último suspiro de su mandato se convirtió de pronto en el Ronaldo de Telefónica. ¿Qué querrá este alemán?, hubiera dicho don Pío. ¿Por qué eligió Bangemann a Baroja para promover su personalidad dañada entre los españoles? Estuvo en Mallorca un tiempo, a bordo de un yate, y dice que eso le ha proporcionado español para entenderlo, pero la literalidad de lo que dijo no es un canto de amor por este idioma principal, pero, por lo que se ve, tercero. La frase entera que el comisario convertido en fichaje de Telefónica parece que dijo es ésta: "Entiendo español y voy a empezar a aprenderlo enseguida. Además, la intención de Telefónica es convertirse en un jugador global, y el idioma global es el inglés. He discutido esto bastante con Juan Villalonga. Por otro lado, estoy encantado de aprender español, uno de mis autores favoritos es Pío Baroja y quiero leerlo en el idioma original. Sé algo sobre España. Tuve un barco de vela en Mallorca durante siete años. Mi mujer y yo hemos viajado por España bastante (...)". No se cortó un pelo el comisario: aprenderá enseguida español, pero en realidad qué falta le hace: a Telefónica le quitaron el acento en la imagen corporativa, y ahora le han sustituido el idioma español: el lector de Baroja no lo precisa, porque como la compañía que le ficha es un jugador global y lo global es el inglés, pues el español le resultará grato sobre todo para leer a don Pío... Los políticos han protestado mucho por la indelicadeza que ha supuesto recurrir a un comisario que aún no ha dejado del todo su sillón en la Comisión Europea y ya va a aconsejarle al presidente de una compañía sobre cómo ha de relacionarse con su sustituto; pero aún no se han escuchado las protestas de los responsables de la cultura oficial española, desde el Ministerio de Cultura al Instituto Cervantes, por esa desconsideración que muestra Bangemann por el idioma español, que para él es como el sustituto de Ronaldo...

Quijote Digest. El español es un buen negocio en potencia, pero no lo sabemos vender. A lo mejor un día lo venden los de Bangemann en alemán, o en inglés: el español metido en cartuchos de otros idiomas. No es nacionalismo cultural, es simplemente melancolía. Ahora, por ejemplo, el Quijote que hizo para la Televisión Española, con gran éxito, Manuel Gutiérrez Aragón se va a vender apocopado; el artista ha protestado, y lo considera una falta de respeto y también una falta de visión. Los ingleses llevan años vendiendo a Shakespeare completo, y mientras lo han hecho no sólo han ganado dinero, sino que han vendido otras cosas y otros productos culturales; aquí da cierta vergüenza apropiarse precisamente de lo propio, y pensamos que es mejor esconder, o apocopar, que divulgar y promover.

Sol en San Sebastián. El cronista escribe rodeado de 60.000 libros, en la Biblioteca Municipal de San Sebastián. Este ordenador es el de su directora, Susana Soto, que es responsable de la red de bibliotecas de esta ciudad. Acaban de cumplir los 125 años, y están cerca de la Librería Lagun, notoria no sólo porque es buena, sino porque la han perseguido en el pasado los dueños de la pintura para tachar; estamos en la plaza de la Constitución. Entre los volúmenes que tienen en la biblioteca hay una colección extraordinaria de prensa del siglo XIX. En la calle a la gente se la ve feliz, confiada, en medio de una ciudad maravillosa, de las grandes ciudades de Europa. Apetece, también, hablar del tiempo. Alguien dice: "Hace más sol desde que hay tregua". Un chico duerme en la escalinata de la biblioteca y la bibliotecaria muestra las dependencias del centro con el orgullo que tiene la gente cuando hace algo con sus manos. Uno se va feliz, aunque el suyo no sea el idioma global.

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