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Greenpeace siega maíz transgénico en Francia y Alemania

La organización ecologista Greenpeace segó ayer unas dos toneladas de maíz transgénico en Alemania y Francia, países que junto con España componen el grupo de la Unión Europea (UE) donde se ha plantado en 1998 este producto genéticamente modificado.Con su acción, que se hizo de acuerdo con los agricultores, Greenpeace continúa su campaña para lograr que se controlen los productos transgénicos, que consideran un riesgo para el medio ambiente y para la salud humana. "El maíz transgénico es un peligro para el medio ambiente y la salud humana", dijo ayer el líder de Greenpeace en Alemania, Jan van Aken. Este maíz transgénico ha sido desarrollado por la compañía farmacéutica suiza Novartis para resistir una determinada bacteria con el gen Bt, que dota al grano de esa capacidad de autodefensa. Según la organización, este maíz está plantado en unas 15.000 hectáreas en los tres países.

"Los varios miles de hectáreas de maíz transgénico plantadas este año en Europa amenazan con contaminar millones de toneladas de maíz", señaló una portavoz de Greenpeace en un comunicado. El grupo ecologista denuncia que no existe separación entre el cereal convencional y el transgénico, y que se debe informar al público y a las autoridades competentes sobre la localización de los campos de maíz trangénico. "Las empresas que se dedican a la transformación de alimentos deben pedir garantías a sus suministradores de que su maíz no está contaminado por Novartis u otros productos transgénicos", agregó.

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Greenpeace también denuncia que este maíz, al estar modificado para matar a cierta bacteria, va a perjudicar también a insectos benéficos. Por otra parte, agrega, el maíz transgénico contiene un gen que le hace resistente al antibiótico ampicilina, lo que puede agravar el problema de la creciente resistencia a los antibióticos en el mundo, que ya preocupa a la comunidad médica. "Cuando hay informaciones que señalan que los antibióticos pueden perder su capacidad de luchar contra las enfermedades en los próximos 20 años, es sorprendente que Novartis contribuya a este proceso", señala el comunicado. Greenpeace cita un artículo aparecido en la revista médica francesa La Recherche, en el que se señala que se ha subestimado hasta ahora la relación entre el cereal transgénico y el aumento de la resistencia a los antibióticos.España es, además, el principal importador europeo de maíz transgénico (véase EL PAÍS del pasado miércoles). El cereal se utiliza para alimentación animal y para la fabricación de cerveza y aperitivos. Los consumidores ignoran el contenido transgénico de este producto, ya que hasta el pasado día no entró en vigor el reglamento europeo que obliga a informar en la etiqueta a los consumidores.

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