_
_
_
_
CIENCIA

Nuevos métodos genéticos propician la vuelta a casa de hijos de desaparecidos argentinos

Mary Claire King, profesora de Epidemiología de la Universidad de California, se vio obligada a desarrollar una nueva metodología genética para tratar de atribuir a sus verdaderos familiares a niños cuyos padres fueron asesinados en la época de la última dictadura militar argentina. Gracias a este método, combinado con las pruebas genéticas más clásicas y las declaraciones de testigos, "se han resuelto 49 casos", aseguró ayer la profesora norteamericana en el seminario que sobre los aspectos éticos de la investigación del genoma humano se está desarrollando estos días en Valencia.

Más información
El aviso del Nobel Dausset

Gracias a esos métodos y a la tenacidad de las abuelas de la Plaza de Mayo. "Son mujeres que merecerían estar en casa con sus nietos y haciendo punto, y sin embargo han tenido que convertirse en auténticas expertas en genética", comentó King, cuyo trabajo en Argentina comenzó en 1984, año en que se logró que el Tribunal Supremo resolviera el célebre caso Logares a favor de la abuela que reclamaba para sí una nieta que llevaba siete años viviendo con la familia de un colaborador de la policía.La necesidad de utilizar nuevos métodos surgió, según King, dos años más tarde, cuando Heidi Lemos recuperó sus dos nietos gracias a pruebas genéticas clásicas. "Entonces nos dimos cuenta", explicó la investigadora de Berkeley, "que habíamos tenido suerte de tener a mano una hermana de la desaparecida, pero en otros muchos casos no había suficientes familiares cercanos como para establecer sin duda la afiliación".

En este punto se decidió a utilizar el ADN mitocondrial, la cadena de ácido nucléico situada fuera del núcleo de la célula que codifica en- las mitocondria - las proteínas que éstas utilizan para obtener la energía que las células precisan.

La vía materna

Al ser un ADN situado fuera del núcleo no sufre la recombinación genética que se produce al fusionarse las células germinales de madre y padre, lo que le da una gran estabilidad. De hecho su variabilidad sólo depende de las mutaciones esporádicas que puedan producirse. Los espermatozoides carecen de mitocondrias, que se hayan sólo en el óvulo femenino, por lo que se heredan únicamente a través de la madre.Esa invariabilidad relativa convertía este ADN en un buen instrumento para determinar relaciones con parientes lejanos conectados por vía materna. El siguiente paso, según relató King, fue estudiar a fondo el ADN mitocondrial y escoger una secuencia que presentara suficientes diferencias de unos individuos a otros. Esto, unido a la puesta a punto de una poderosa herramienta (la reacción en cadena (le la polimerasa) que permite en poco tiempo multiplicar el ADN de muestras minúsculas (un pelo, una gota de sangre) ha facilitado la demostración ante los tribunales de que ciertos niños concretos pertenecían a una familia, determinada con evidencias más claras que las derivadas de los análisis genéticos clásicos.

"Diez niños aún no han podido ser atribuidos a ninguna familia y se tienen indicios de que hay 150 más que no han sido localizados y siguen con las parejas que se hicieron cargo de ellos después de que sus padres fueran asesinados", precisó King. "Pero las abuelas siguen buscando", agregó, "e incrementando la información del banco de datos genéticos que han creado con muestras de sangre de familiares de niños secuestrados. Cuando aparece uno, hemos de comparar las muestras obtenidas de él con las del banco de datos. Si alguna coincide, hemos dado un gran paso pero aún queda el escollo de los tribunales, más cerrados desde que Alfonsín dejó la presidencia".

Este caso de utilización de la genética en favor de los derechos humanos contrasta con otra historia contada en las sesiones del seminario por el también norteamericano David Smith. Se trata del caso de Carrie Buck, una mujer que fue esterilizada en Alabama en 1927 en aplicación de leyes impuestas por defensores de la eugenesia en casos de supuestos transtornos mentales.

Esterilización

Al nacer su hija, la joven Carrie fue encerrada en una institución pública en la que había sido anteriormente recluida su madre por prostitución. Ambas y por extensión su hija fueron consideradas enfermas mentales por un juez que opinó que "con tres generaciones de imbéciles había bastante", en consecuencia ordenó la esterilización de Carrie, "la primera de una serie de 50.000 que se hicieron en los años veinte y treinta en los Estados Unidos", según precisó Smith.Para contradecir a los legisladores, la niña de Carrie salió guapa e inteligente y la propia esterealizada se casó posteriormente con un ayudante de sheriff y se dedicó a cuidar ancianos y enfermos impedidos sin dar ninguna muestra de imbecilidad.

La relación entre médico y enfermo a la luz de los nuevos conocimientos genéticos fue otro de los temas abordados ayer en el seminario. Albert Jonsen, un profesor de ética de la Universidad del Estado de Washington, puso sobre el tapete algo que no por evidente es menos inquietante: "La enfermedad potencial se convertirá en actual y por lo tanto en real mucho antes de que se manifieste". Una persona podrá ser tratada antes de estar realmente enferma lo que será positivo al potenciar aspectos preventivos de la medicina.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_