El jefe del Ejército argentino pide amnistía o indulto para los militares de la 'guerra sucia'
El nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército argentino, el general Isidro Cáceres, de 54 años, declaró en Rosario, tras dar posesión al nuevo comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, que "la amnistía o el indulto podrían ser los instrumentos para restañar los espíritus y que el Ejército sea bien mirado por su pueblo". Pero añadió: "Considero que, en definitiva, a mí no me corresponde determinarlo".
Tres días después de asumir la jefatura del Ejército, la más conflictiva de las Fuerzas Armadas argentinas, el nuevo jefe militar se ha sumado a las peticiones de amnistía para los militares. Con ésto, Cáceres continua la línea de sus antecesores en el cargo durante la presidencia del radical Raúl Alfonsín, que estaban considerados como pertenecientes al sector liberal de las Fuerzas Armadas. La petición de Cáceres, que tiene una imagen de militar nacionalista, pone una vez más de manifiesto algo ya sabido: a la hora de reclamar la amnistía para los criminales de la llamada guerra sucia, en las Fuerzas Armadas argentinas no hay divisiones ni líneas internas.Cáceres hizo estas declaraciones en Rosario, donde él mismo había comandado el Segundo Cuerpo hasta su reciente promoción ala jefatura de las fuerzas terrestres. Dijo Cáceres que "esta suerte de secuelas y de juicios y prisión a los comandantes debería terminarse. Pedimos a nuestro comandante en jefe, el presidente Carlos Menem, y al poder político, que trate de solucionar el problema". Reconoció Cáceres que en el pasado "pudieron haberse cometido errores y tal vez excesos", pero pidió que "no sigamos mirando hacia atrás. Confío en una pronta solución delnitiva del tema militar".
Un pase envenenado
Con estas declaraciones, verbalmente respetuosas con el nuevo presidente, Cáceres le devuelve a Menem un pase envenenado que había recibido hace días. Poco tiempo después de asumir la presidencia, Menem dejó entrever en unas declaraciones, publicadas sólo en el diario progresista Página 12 y no desmentidas, que quería fuera del Ejército al coronel Mohamed Alí Seineldín y al teniente coronel Aldo Rico, cabecillas de tres amotinamientos en los dos últimos años. Siguió después lo que parece una típica maniobra de intoxicación, muy frecuente en Argentina. Casi toda la prensa publicó el transcendido, versión portefia del rumor, que Seineldín y Rico habían pedido el pase a retiro. Al día siguiente vino el desmentido. La situación de los dos líderes carapintadas permanece en medio de una nebulosa confusión, pendientes de la resolución administrativa de sus expedientes. Menem, tras dar a entender que los quería fuera, declaró más solemnemente que era un tema interno militar e incumbencia del nuevo jefe del Ejército.Ahora Cáceres tomó la pelota que le pasó Menem y dijo en Rosario que Seineldín y Rico están bajo sumario militar y en juicio" y "se analizará caso por caso, tratando de no violar la disciplina y buscando una unión entre todos nosotros, para poder así caminar hacia adelante". Añadió Cáceres que "aquellos casos que no pueda resolverlos por mi cuenta, pediré la resolución de los mismos al jefe de las Fuerzas Armadas y presidente de la Nación, Carlos Menem". De esta forma el JEME anticipa que podía devolverle a Menem el pase envenenado que le mandó días atrás el presidente y fue todavía más allá, cuando pidió amnistía o indulto para los comandantes.
Estos juegos y envíos de lapapa caliente militar parecen esbozar un escenario de una especie de "división tácita del trabajo sucio". Cáceres y el Ejército se encargarían de limpiar el cuerpo de los cabecillas carapintadas. Menem tendría que pringarse con la amnistía o indulto a los comandantes de las juntas militares de la dictadura.
[El Gobierno argentino ha convocado a las 300 empresas más importantes del país para firmar hoy un acuerdo que ponga fin a las constantes subidas de los precios, informa Efe. El nuevo ministro de Economía, Néstor Rapanelli, comunicó la convocatoria.]
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