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Un escritor, dos físicos, una investigadora en genética, un químico y un economista recibieron ayer los Nobel 1983

La ceremonia coincidió con los 150 años del nacimiento del creador de los premios

Dos físicos, un químico, una investigadora en genética, un escritor y un economista, recibieron ayer en Estocolmo sus respectivos premios Nobel 1983. La ceremonia, que coincidió con los 150 años M nacimiento de Alfred Nobel, transcurrió con la solemnidad que ha sido su nota dominante a lo largo de los años, salvo excepcionales ocasiones. Quizá la presencia de Barbara McClintock entre los laureados, con una increíble lozanía en sus jóvenes 81 años, y la voz de la cantante sueca Sylvia Lindenstrans, interpretando un aria de Rossini, marcaron los puntos más altos de la ceremonia y arrancaron los aplausos más sostenidos.

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El rey de Suecia, Carlos Gustavo, con su esposa, la reina SyIvia, y la princesa Lilian a cada lado, y el príncipe Bertil presidieron, como de costumbre, el acto de entrega de los premios Nobel.A los acordes de Trumpet voluntary, de Jeremiah Clarke, cuando eran las 16.30 horas de ayer en Es tocolmo, los laureados pasaron al estrado en el orden por el que se rían entregados los premios.

El busto en bronce de Alfred Nobel presidía la ceremonia, y flores rojas y amarillas enmarcaban la sala, donde se hallaban más de un millar de invitados entre académicos, representantes del Gobierno, diplomáticos y personalidades del mundo cultural.

El profesor Sune Bergstrom, presidente del Comité Nobel pro nunció las palabras de apertura, que fueron de bienvenida para los galardonados y asistentes y de evocación laudatoria de la memoria de Nobel. Partituras musicales vinculadas a la vida de Nobel en Suecia y en los países en que vi vió (Rusia, Francia e Italia) se in tercalaron en cada entrega de los premios. Tras una breve referencia hecha por distintos académicos a la personalidad y obras de cada uno de los premiados, éstos recorrían los pasos que los separaban del rey Carlos Gustavo para recibir de manos de éste el premio. Así fueron desfilando sucesivamente Subramanyan Chandrasekhar y William Fowler, distinguidos con el premio de Física; Henry Taube, de Química; Barbara McClinton, de Medicina y Biología; William Golding, de Literatura, y Gerard Debreu, de Economía.

Los aplausos rubricaban cada entrega, y su duración e intensidad, el grado de simpatía despertado por los laureados entre el público. Habían transcurrido exactamente 90 minutos cuando el rey se puso de pie indicando que la ceremonia había llegado a su fin, a los acordes del himno nacional sueco, Du Gamla, Du Fria.

Otra ceremonia más distendida -cena y baile en el Ayuntamiento de Estocolmo con la presencia de estudiantes-, cerraba horas más tarde el día más importante del año en Suecia.

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