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El coraje de dos amigos

Ha llegado la hora de la justicia para ambos, Alberti-Bergamín, amigos entrañables durante toda la vida, padres generacionales de pensadores y de poetas. Ambos heroicos y valientes. Porque hay que tener mucho coraje como Bergamín para fundar Cruz y Raya, reabriendo la tradicional, subterránea corriente de la heterodoxia cristiana. Y para lanzarse durante la guerra civil a la defensa de la República y acusar a los que la apuñalaban por la espalda.Alberti es tan arrojado y valiente para escribir: "Yo he sido un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos". Audacia poética supone aunar la gracia con la jugosa simetría, la cadencia garbosa con el rigor geométrico. Bergamín piensa sobre La importancia del Demonio y sobre su fuerza angélica, mientras Alberti escribe Sobre los ángeles, "seres rotos, encendidos y violentos", como los diablos vestidos de luz de Bergamín. También Detrás de la cruz se esconde el diablo, escribe Bergamín en plena guerra civil. Alberti había escrito consignas, poesía imprecatoria, de condenas y blasfemias, fulminaciones quevedescas. No es extraño que ese Bergamín tan valiente sea el héroe de L'Espoir de Malraux. Alberti se atreve a fundar y dirigir Octubre. En la guerra civil, Alberti cantó Capital de la gloria, a los campesinos y soldados.

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Luego, para ambos, el sosiego del exilio. Bergamín se adentra en sí mismo y nos dispara su pozo de la angustia. Pero no olvida al pueblo español que lucha: La niña guerrillera es un grito de dolor y de odio, una explosión viva. Alberti escribe A la pintura, un tratado de definiciones, una geometría poética. Su casa tiene un nombre: el recuerdo: "Yo llevo de otra tierra el sol dentro". Ambos poetas, comprometidos con la pasión de su tierra, unidos por ideales comunes y una amistad que ha resistido a todos los vientos, Alberti y Bergamín una vez más juntos, justicieramente.

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