Geronimo Stilton cumple 20 años: cómo un libro que muchas librerías no recomiendan se ha convertido en un clásico
La colección que cuenta las aventuras del ratón periodista está traducida a 52 idiomas y suma más de 180 millones de ejemplares vendidos en el mundo
Hace unas semanas, Daniel Giménez (Valencia, 5 años) leyó por primera vez a Geronimo Stilton. Su madre, Amparo Peiró (Valencia, 34 años), encontró en Wallapop uno de los libros de la serie protagonizada por este ratón periodista y se acordó de que, de pequeños, sus hermanos los habían devorado. La primera noche leyeron medio ejemplar del tirón, pero Daniel no quería parar: “Tres páginas más, mamá”. Ahora ya tienen cuatro números y el niño no puede irse a dormir sin escuchar las aventuras del personaje. Es el efecto que estas divertidas historias ratoniles, que cumplen 20 años, tienen en los más pequeños: una lectura rápida, ágil y casi magnética.
Estas narraciones nacieron cuando la escritora Elisabetta Dami se enteró de que no podía ser madre. Fue entonces cuando, siendo voluntaria en el ala pediátrica de un hospital, empezó a imaginar la historia de un ratón tímido y miedoso que era capaz de vivir aventuras y solucionar problemas con ayuda de sus amigos. Desde entonces, Stilton ha viajado por todo el globo: sus libros cuentan con traducciones en 52 idiomas. Empezando en Ratonia, donde este personaje es periodista y dirige el Eco del Roedor, hasta España, donde encuentra una comunidad de 60.000 niños que no solo leen sus libros, sino que forman parte de un club que regenta Planeta, editora de la colección en español. Un espacio gratuito online con videojuegos, noticias y la posibilidad de hablar con el personaje. El roedor está vivo.
Stilton está rodeado de la misma fantasía que envuelve a los Reyes Magos. Patrizia Campana, su editora de Planeta, explica que al principio era raro contar que el personaje tiene vida propia, pero “ha sido una de las claves de su éxito”. Este roedor es mucho más: una serie de televisión, un videojuego, un musical, un espectáculo en un parque de atracciones en Tenerife y una adaptación cinematográfica que se está gestando ahora.
Durante muchos años, Stilton ha acompañado a miles de pequeños hasta hacerse lectores independientes. Jesús del Valle (Albacete, 22 años) fue de los que dieron con él el salto de niño lector a adolescente lector. Del Valle, uno de los primeros miembros del club cuando abrió en 2008 en España, devoraba los libros conforme llegaban a casa y recuerda cómo su madre le echaba la bronca cuando lo descubría leyendo a las tres de la mañana. Hasta que el roedor llegó a su vida leía por obligación, ahora cuenta con una colección de más de 30 libros del ratón. “A partir de Geronimo empecé a leer lo que encontraba por casa, aunque no fuera para mi edad”, comenta.
Celia Cores (Galicia, 24 años) fue una lectora prematura y pronto desarrolló una conexión con Stilton. Ella quería crear lazos con sus compañeros y todos hablaban del ratón. “Algunos de mis profesores me decían: ‘Toma el diario de Ana Frank y olvida a Geronimo Stilton”, relata. Pero no hizo caso de ese consejo y descubrió entre sus páginas la que hoy es su profesión: “Aprendí lo que era un filólogo y acto seguido le dije a mi madre lo que quería ser”. Ahora trabaja en el departamento de filología inglesa de la Universidad de Salamanca.
Pero no todo son palabras de alabanza para el ratón. Por ejemplo, hay opiniones encontradas entre los libreros. La mayoría coinciden en que la colección en su momento fue innovadora por hacer del texto parte de la ilustración y por la sencillez de su contenido, que animaba a leer incluso a los niños que no solían hacerlo. Pero algunos, como Javier López, propietario de la librería Karmen de Madrid, consideran que las tramas son flojas y por eso a partir de los ocho años se les quedan cortas, además de manejar un vocabulario simple.
Algunas librerías ni siquiera tienen ejemplares, únicamente en Navidad, y otras los tienen en estanterías “escondidas”. Pero el roedor se ha colado en la lista de los libros infantiles más vendidos desde su primera publicación en 2003 con Mi nombre es Stilton, Geronimo Stilton, y ya cuenta con 325 títulos distintos en España. Los libreros achacan su éxito ―ha vendido más de 180 millones de ejemplares en el mundo― a tres razones: una gran campaña de márquetin, convertir la lectura en un juego y estar disponible en grandes superficies comerciales.
Sonia Álvarez, de la librería Cuentos Feliciana de Madrid, compara esta colección con la comida rápida: “Intentamos proteger a los niños de sitios como el Burger King. ¿Es malo comerse una Whopper? Pues no lo sé, pero procuraría que mi hijo no se alimentara solo de eso”. La saga es percibida por muchos libreros como una especie de fast book. Un título que entretiene y engancha, pero sin calidad literaria.
Una de las claves de su éxito está en su forma de hacer que las palabras tomen vida en las páginas. Manrique y Raquel Gil (Valencia, 21 años) recuerdan a la perfección cómo el texto dejó de ser un negro sobre blanco para introducir dibujos, aunque no han cogido uno desde hace muchos años: “Escribía ojo y cada ‘o’ simulaba un ojo”. Una idea innovadora que atrae la atención de los niños, pero que dificulta la lectura al entorpecer la concentración, según la librera Zaida Pérez (Liberespacio, Madrid). Por su parte, Gil, que es profesora, cree que cualquier libro desarrolla, por lo menos, la memoria ortográfica, así que lo recomendaría a los padres indecisos.
Ester Madroñero (de la librería Kirikú y la Bruja, en Madrid) reconoce que “los niños quieren reencontrarse con un amigo cuando leen”. Y ese es uno de los puntos fuertes de la saga: los pequeños pueden escoger entre un sinfín de aventuras. La colección está formada por una línea de libros amarillos muy finitos, la primera que sacaron, donde el mundo humano se mezcla con el ratonil a través del humor; revisiones de clásicos, viajes en el tiempo, cuadernos de vacaciones, las historias de su hermana Tea... Pero sin duda la joya de la corona son los volúmenes de 385 hojas con ribetes dorados y tapas duras de En el Reino de la Fantasía, el primer libro con olores que llegó a España, donde ha vendido 600.000 ejemplares. En esta serie, los lectores descubren a qué huelen las sirenas, los dragones o los pies de un ogro y no lo olvidan con facilidad. Irene Manrique (Madrid, 25 años) se acuerda de esta historia cada vez que cambia una bolsa de basura: “Las de olor pino son igual que la hierba de Geronimo Stilton”.
Frente a sus luces y sombras, la colección está cerca de convertirse en un clásico, opina Toni Fernández (librería Baobab de Palma de Mallorca). A pesar de las diferentes opiniones, los libreros siguen recomendando que los niños lean lo que les guste. A Daniel Giménez le da igual lo que piensen los mayores, él solo sabe que ya no quiere el móvil para quedarse dormido, quiere leer a Geronimo Stilton.
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