Los 159 bombazos que destruyeron Pompeya por segunda vez
Una detallada reconstrucción de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con 3D y drones permite estudiar con gran nivel de detalle las excavaciones de Pompeya y Numancia
Entre el polvo que cubre las ruinas de Numancia y los destellos de grandeza desconchada que se adivinan en Pompeya bajo el Vesubio, se ha desatado demasiada fantasía. Pero ahora, con las herramientas digitales, cabe un rigor milimétrico. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) tenía una cuenta pendiente con las nuevas tecnologías. Tardaron en acoplarse al mundo de internet al ritmo de los demás museos. Pero cuando lo han hecho, han desarrollado programas a la última para volcar sus catálogos y explorar el universo de la edición multimedia.
José María Luzón, académico y delegado del museo de la institución, lidera el proyecto con un equipo a su mando de doctores y estudiantes de arte, arqueólogos e ingenieros expertos en nuevas tecnologías. Hace cuatro años, en la RABASF, empezaron a volcar la colección pintura en red. Continúan con la de dibujo, una de las más importantes del mundo con 15.300 obras que viajan de Velázquez a Picasso. Aparte de eso, se han lanzado a la edición multimedia de proyectos arqueológicos en los que andan involucrados.
Como Pompeya y Numancia. En el primer caso, un equipo de investigación compuesto a medias entre la Universidad Complutense, el Museo Arqueológico de Nápoles y la Academia de Bellas Artes, ha puesto en pie –gracias a la arquitectura simulada pero precisa de las nuevas tecnologías– lo que fue la Casa de Diana Arcaizante.
Han sido 11 años de excavaciones lideradas por Luzón y María del Carmen Alonso, arqueóloga y profesora de la Complutense y la universidad de Salerno, recogidas ahora en esta nueva plataforma. Han desarrollado un libro digital para el que se han utilizado herramientas que van desde drones a presentaciones en 3-D, estratigrafías, georradares y varias bases de datos combinadas. “Es toda una publicación no encuadernada, con su ISBN y registrado en la Biblioteca Nacional de España que desarrolla un lenguaje digital propio”, afirma Luzón.
De Velázquez a Picasso, maestros del dibujo
Poco a poco Jorge Maier Allende va penetrando en los trazos de los 15.300 dibujos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Los desnuda mediante una infinita paciencia y un buen acopio de mega pixels. De frente y por atrás. En el reverso indaga acerca de las filigranas. Es decir, sobre la procedencia del papel, que ofrece muchas pistas. "No hay que olvidar que la Academia era principalmente una escuela de artistas. Por eso conserva tantos dibujos. Se compraban o se guardaban para mostrar modelos a los que aproximarse", afirma Maier. Lo dice en un cuarto donde tiene el estudio en el que van pasando día a día las joyas de la colección ante sus manos. Precede al lugar donde descansan los fondos. El asunto de las filigranas tiene su importancia. Por singular. "En otras colecciones no se incorporan a las fichas. Resulta muy útil porque según la procedencia del papel utilizado, se pueden situar muchas cosas dentro del contexto de cada obra".
Las bombas aliadas
A través del mismo, vamos conociendo detalles de la excavación específica llevada a cabo por el equipo italoespañol. El de la casa conocida por este nombre debido a la estatua de Diana hallada en el patio. “Carlos III fue regularmente informado de este descubrimiento, como dan cuenta unas cartas que se encuentran en el archivo de Simancas y cuyos originales incluimos en la publicación”.
El rey seguía atentamente las excavaciones, e incluso daba consejos para la conservación de los hallazgos. Sus años en Nápoles guiaron una intensa curiosidad posterior, ya en el trono, por Pompeya, Herculano y Estabia. Bernardo Tanucci, regente en la zona, le mantenía al tanto. “Fue uno de los grandes proyectos de su vida”, asegura Carmen Alonso. “Su visión museística y el empeño en contarlo minuciosamente”.
El trabajo recoge no sólo los progresos en Pompeya. También los retrocesos. Como el daño que sufrieron las ruinas por los bombardeos aliados de la Operación Avalanche, previos al desembarco en Salerno en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. “Un bombardeo por el que fueron condecorados los pilotos”, añade Luzón. Rabiosas paradojas de la vida. Los daños ocasionados en el yacimiento quedaron registrados minuciosamente por el arqueólogo Amedeo Maiuri, que hizo un plano detallado de todos los puntos de la ciudad en los que habían caído las bombas.
Fueron 159 en total los impactos que redujeron la ciudad a escombros. Destrozaron buena parte de una reconstrucción previa que había durado dos siglos. La Casa de Diana Arcaizante también los sufrió. Tres bombas cayeron en sus contornos. “Una de ellas en la habitación 10, concretamente sobre una de las piletas que se habían fabricado en la fase final de vida de este edificio, cuando se estaba utilizando para la industria lanaria”, cuenta el estudio, que ha sido presentado ya en Roma, en Pompeya y Madrid.
Numancia al milímetro
El que aborda Numancia ha sido culminado bajo encargo de Acción Cultural Española (AC/E) y se presenta esta mañana en Madrid. Incluye un estudio del experto Alfredo Jimeno y utiliza los mismos avances, pero en este caso, con incidencia especial en la orografía y los terrenos. Es algo para lo que los drones han resultado determinantes. “Así como en Pompeya nos hemos centrado en un aspecto, el trabajo sobre Numancia lo trata en general”, anuncia Luzón.
Han reconstruido el aspecto de las casas mediante cámaras aéreas y fotogrametría. “Con auténtico rigor científico y una precisión milimétrica”, añade Carmen Alonso. “Tanto que mediante los vuelos del dron se ha podido establecer una nueva planimetría de la ciudad en que las curvas de desnivel apenas quedan separadas 15 centímetros una de otra. Eso supondrá todo un avance para nuevos estudios de los arqueólogos numantinos”.
Elvira Marco, directora de AC/E afirma que con este proyecto, la institución que lidera persigue un doble objetivo: "Por un lado, desarrollar una herramienta, el mapa virtual en 3D de Numancia, valiosísima para arqueólogos e investigadores. Y por otro, acercar la historia de Numancia al público general, especialmente a los más jóvenes, a través del uso de un lenguaje que les resulta atractivo y familiar, el de las nuevas tecnologías”. Este libro multimedia, como lo define Marco, "va a permitir, por poner un ejemplo, que un estudiante australiano pueda examinar y manipular virtualmente, incluso mediante el uso de gafas 3D, una vasija numantina que de otra manera no podría estudiar más que en libros, o desplazándose en persona al museo Numantino”. La Historia de un remoto pasado con vistas al futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.