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Comienza la tercera búsqueda de la fosa de Lorca

El equipo liderado por el arqueólogo Javier Navarro y el historiador Manuel Caballero reemprenden mañana la excavación en las inmediaciones de Alfacar

Jesús Ruiz Mantilla
Trabajo en una fosa en Alfacar (Granada), donde se cree que pueden estar los restos de Federico García Lorca.
Trabajo en una fosa en Alfacar (Granada), donde se cree que pueden estar los restos de Federico García Lorca. EL PAÍS

De las seis fosas de la guerra civil que Javier Navarro ha excavado, no le ha fallado ninguna. En todas ha encontrado lo que buscaba este arqueólogo de la Universidad de Zaragoza y miembro de la Asociación Regreso con Honor. Pero la que comienza a remover mañana en lo que se conoce como los Llanos de Corbera o el Peñón Colorado, en la parcela catastral 10812A00900029 del término municipal de Alfacar (Granada), quizás sea su empeño más difícil. Ahí es donde está convencido que se encuentran los restos de Federico García Lorca y de las tres personas que fueron asesinadas y enterradas junto al poeta hace ya 80 años, cuando un escuadrón los fusiló un 17 de agosto de 1936.

“Empezamos ilusionados, pero con la cautela necesaria”, comenta Navarro, ya desde Alfacar. Es el tercer intento –el segundo en su caso-, desde que pararan los trabajos hace casi dos años en el mismo lugar. Entonces quedaron a escasos metros del terreno donde, tras un concienzudo rastreo con georadares y diversos equipos, se detuvieron. La pala excavadora de la Junta de Andalucía les fue requerida para quitar nieve en la sierra granadina. Después, emprendieron un auténtico via crucis en busca de permisos para seguir con lo que habían dejado a medias.

Ahora, con el visto bueno de la Junta, el ayuntamiento de Alfacar y la petición expresa a la Justicia de la familia de Dióscoro Galindo, el maestro asesinado, se reanuda la búsqueda. “Hay muy buena disposición por parte de la consejería de Fomento, nos van a prestar los mejores equipos posibles”, comenta Miguel Caballero, el historiador que ha cimentado la teoría del lugar donde creen se hayan los restos. El primer intento, a unos 500 metros del actual, se hizo en 2009 según las tesis de Ian Gibson. Éste sigue sosteniendo que se encuentra en las inmediaciones del olivo que le señaló hace años un testigo presencial, Manuel Castilla Blanco, alias Manolito el comunista. El hispanista no ha polemizado en ningún momento con el nuevo rastreo: para él, lo importante es que se encuentren los restos.

La teoría de Caballero se sustenta en los testimonios de tres de los ejecutores. En los años setenta, señalaron el peñón del Colorado como lugar exacto del crimen. “Se lo dijeron al hijo del capitán Nestares”, afirma Caballero, quien también se fía de las tesis de Molina Fajardo. Aunque con la debida precaución, ya que se trataba de un trabajo hecho para dulcificar versiones falangistas. “Pero no hay que olvidar que por gente implicada directamente”.

El hijo de Nestares, también militar hoy retirado, se lo confirmó a EL PAÍS hace un año. “Eran tres quienes me llevaron al paraje”, contó. Justo la mitad de lo que pudo haber sido el escuadrón, según sostiene Miguel Caballero en su libro Las 13 últimas horas de vida de Federico García Lorca.

La teoría de Miguel Caballero, sobre la que se cimenta la búsqueda, se sustenta en los testimonios de tres de los ejecutores. En los años setenta, señalaron el peñón del Colorado como lugar exacto del crimen"

El problema, 80 años después, es el terreno en sí. Los pozos junto a los que supuestamente cavaron las tumbas han sufrido todo tipo de alteraciones. Han servido como campo de tiro, circuito de motocross y lo que es más grave, campo de fútbol. “Para eso tuvieron que recubrirlo con una gran cantidad de tierra que es la que ahora debemos remover. Nos dificulta mucho la búsqueda, es como encontrar una aguja en un pajar”, sostiene Caballero.

En la primera fase, que durará aproximadamente 10 días, se centrarán en todo el montículo del campo deportivo hasta llegar al terreno original. “Después volveremos a rastrear la tierra con los georadares. Es fácil detectar si se ha movido el terreno junto a los pozos en los que pueden hallarse”, asegura Navarro. Después llega una tercera etapa: otra excavación y la exhumación de los restos. “Siempre a expensas de lo que determine el Juzgado, se solicitará el preceptivo permiso a la Dirección General de la Memoria Democrática (DGMD) de la Junta andaluza para proceder a ello y a su traslado al laboratorio de Medicina Legal de la Universidad de Granada”, anuncia Navarro.

Cuentan con el requerimiento de los familiares de Galindo y también de Juan Arcoya Cabezas y Francisco Galadí, los banderilleros anarquistas en cuya búsqueda se ha implicado dentro del equipo la CNT, a la que pertenecían. No así de la familia Lorca, que se ha opuesto a la búsqueda de los restos del poeta en varias ocasiones y no han cambiado de parecer hasta la fecha.

Sus sobrinos han reiterado que quieren que se mantenga el lugar tal cual, con su tío como uno más de los cientos de ejecutados que perecieron en los alrededores del barranco de Viznar y Alfacar al principio de la guerra. Fue uno de los parajes donde se ejerció de manera más salvaje la represión franquista y que ha quedado, a nivel mundial, como triste monumento al horror.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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