El febril cronista de la infamia
'Pringaos'
'Remake' correcto, aunque prescindible
Vacilona
Impostura
Como Bourne pero en Irak
La capataz de un mundo de hombres
Oscar
Cacería
Ese actor, ese hombre
La Berlinale 'rehabilita' a Polanski
El turco Semih Kaplanoglu gana el Oso de Oro con la película 'Miel'
Y como broche: tumores, asesinos y jubilados
Nazis grotescos y psicologismo argentino
Cositas dignas y exotismos prescindibles
Un hombre de estado en la Academia
Yimou copia mal y Banksy seduce
El arte de Scorsese bucea en la locura
Polanski también hace cine. Y del bueno
El costumbrismo chino abre la Berlinale
Justicia
Leyendas de la transgresión
Que cada uno elija su pirata, su filibustero, su corsario favorito: "¡Guardémonos de condenar a estos vagabundos idealistas extraviados por caminos tortuosos! Merecen nuestro reconocimiento", escribe Laurent Maréchaux en su libro <i>Fuera de la ley</i>
De la nada a ninguna parte
Algunos esperábamos más
Circo
La confortable soledad del tiburón
Desvergüenza
La desdicha de Gil de Biedma
El cónsul de Sodoma tiene aroma a teatro rancio, con personajes y situaciones que rezuman tanto énfasis como falsedad
En los oscuros orígenes del mal
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El universo puro y duro de los hermanos Coen
El sistema
Sam Peckinpah, el poeta de la violencia
Generoso Scrooge, magnífico Dickens
Inmune al encanto de estos monstruos
Demasiado tiempo en decadencia
Triste, solitario y definitivo
La personalidad de Philip Marlowe ocupará siempre un lugar de privilegio en el corazón de mucha gente. Fatalista, escéptico, lúcido y amargo, el personaje de Raymond Chandler es un ganador moral por mucho que le rompan la cabeza y el alma
Gracia en las témporas
Bunker, esa luminosa negrura
El autor de <i>No hay bestia tan feroz</i> es un potente narrador de enigmas y un singular retratista del mal. Su fascinante novela -que se asemeja a las confesiones de James Ellroy y Jean Genet- permite masticar su violencia, entender su soledad y compadecer su vértigo