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Columna
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Drogas

Carlos Boyero

No hay datos fiables de que se haya producido una conjunción planetaria, aunque la pitonisa Pajín asegurara que ese milagro iba a ocurrir ateniéndose a algo tan infalible como que las personalidades interestelares de Zapatero y Obama presidieran al mismo tiempo sus respectivos países. Tendrían que imponer multas a las demostrables tonterías públicas que sueltan las desinhibidas boquitas de tantos dirigentes de la patria. Consecuentemente, acostumbro a leer con anticipado regocijo las entrevistas escritas (verla y escucharla en la tele exige demasiado esfuerzo mental) que le hacen a Leire Pajín, en la seguridad de que van a aparecer chorradas autosatisfechas y obviedades sonrojantes.

Cuenta Pajín en la entrevista publicada en este periodico el descubrimiento que ha hecho, comparable en su trascendente novedad a la teoría de la relatividad, de que desde el punto de vista de la salud pública, está científicamente demostrado que el consumo de ciertas sustancias origina graves lesiones. Por lo tanto, no es partidaria de legalizar las drogas. Todos sabemos que dada la demanda de drogas que existe desde el principio de la humanidad, estas deben de proporcionar algo llamado placer y escape, también que la adicción a ellas machaca el organismo y el cerebro. Y que la sobredosis puede matar. Lo saben hasta los moradores del limbo. Igualmente, que si no las legalizan se debe exclusivamente al inmenso negocio que genera su tráfico, que el poder de corrupción de ese producto adulterado y que se ofrece en el mercado con el precio original centuplicado es infinito (que la ley trinque de vez en cuando algún cargamento es un ritual obligado en la gran farsa), que el personal nunca dejará de consumir la oferta de los gángsteres, que estos compran con sus inmensos beneficios todo tipo de protecciones.

Tampoco debe de haber tanto colgado cuando la crisis también se nota en el descenso del consumo de coca. Que no permitan a los fumadores echar humo en los parques es tenebroso. Imagino que lo próximo será prohibir la nicotina e implantar la Ley Seca. Habrán decidido que fumar y trasegar alcohol le sale barato al consumidor. Que las ganancias se multiplicarán si integran en la lista negra el cigarrillo y la copa.

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