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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Examen

Carlos Boyero

Afirman las estadísticas que la Iglesia católica sufre desde hace tiempo problemas para reclutar legionarios a tiempo completo, para llenar sus seminarios con acólitos entregados a ese negocio tan lucrativo ancestralmente de salvar almas para el cielo y reconfortar la dura estancia en la tierra. Fue el obligatorio recurso de supervivencia para los más privilegiados entre las familias numerosas y pobres de la posguerra española de encontrar un oficio para toda la vida y comer calentito en tiempos de carencia. Y es raro que con la incertidumbre o la ausencia de presente y de futuro profesional que padece la mayoría de la gente joven, no logren convencerles la fe o la necesidad para que se hagan curas o monjas. Sin embargo, hay hostias para intentar ser acogidos por el ejército, para exponerse a que te vuelen los sesos o enviar al otro barrio a alguien al que no conoces defendiendo los sagrados valores de la patria. Donde al parecer no ha llegado la crisis para encontrar en épocas descreídas sacerdotes suicidas es en el Alá radical. Al Qaeda y sus promesas de ríos de leche y miel para los mártires que se inmolen cargándose perros infieles goza de perdurable moda. Qué miedo eso tan confortable de la militancia ciega en las religiones.

Imagino que nunca ha existido una cláusula para los que ingresaran en el sacerdocio católico de que se podría disfrutar impunemente de los genitales infantiles, pero a la vista de tradición tan extendida se daba por supuesto que no te esperaba la expulsión del gremio, ni la cárcel, ni el temido infierno, por perpetrar en la tierra cositas tan humanas como la lascivia con los indefensos.

Y me suena a chino que el suave Benedicto ande pidiendo perdón por los desmanes pederastas de sus pías huestes. Si es en nombre de la pasta, lo entiendo. A los Borgia les daría un ataque de risa ante las reivindicaciones de los críos que violaron , ante tonterías como tener que pedir perdón público por el legítimo derecho de pernada.

Declara el justiciero Benedicto (qué exquisitos modales los vuestros, qué masoquismo, anfitriones sociatas, ante el chulo que denuncia vuestro agresivo laicismo) que a partir de ahora van a elegir mejor a los que ingresan en la empresa. Sospecho que tendrá que pedir ayuda al ateo Freud, o al sofisticado departamento del FBI Ciencias del Comportamiento. Y por supuesto, él también se prestaría a un examen sobre posibles depravaciones.

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