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ESTADOS UNIDOS 1994. BRASIL, 0-ITALIA, 0. Bebeto abraza entre lágrimas de felicidad a Taffarel después de ganar el título en el tanda de penaltis, después de que Baggio errara su lanzamiento.
EL PAÍS MUNDIAL | ESTADOS UNIDOS 1994

A Brasil siempre le queda un baile

El Mundial de fútbol de 1994 será recordado como uno de los más emocionantes y completos, con noticias de todos los colores. No solo alejaron a Maradona del torneo y del balón por consumir drogas, sino que también se dio la tragedia con el asesinato del colombiano Andrés Escobar, después de marcarse un gol en propia puerta ante la selección anfitriona. La alegría, en cualquier caso, llegó con Brasil y su puntería en ataque, simbolizada con un baile para el recuerdo de Bebeto, Romario y Mazinho, donde simularon mecer al niño que estaba por llegar del primero. Fue en las semifinales y ante Holanda, que se quedó a un paso de la gesta. Pero venció la 'canarinha' como también lo hizo en la final, aunque por los pelos, sobre todo porque en la ruleta de los penaltis el italiano Roberto Baggio pasó de héroe a villano en un santiamén al errar el lanzamiento definitivo. Brilló también Bulgaria, que alcanzó por vez primera las semifinales del campeonato tras batir a Alemania en la ronda anterior, del mismo modo que lo hizo Oleg Salenko al firmar cinco goles de una tacada (récord histórico de los Mundiales), y el delantero de Arabia Saudí Saed Owairan, que se marcó un eslalon desde su casa para festejar una diana para los anales. España cayó en cuartos ante Italia. Julio Salinas, tras un pase de Miguel Ángel Nadal, no acertó a definir ante la salida de Pagliuca, y Baggio, poco después, sí lo hizo ante Zubizarreta.

Ronaldo celebra el título.
EL PAÍS MUNDIAL | JAPÓN Y COREA 2002

Las siete vidas de Ronaldo

Por primera vez en la historia un Mundial no se disputaba en Europa o América y también por primera vez compartía sede. Corea y Japón llevaron la Copa del Mundo a Asia. Ganó Brasil imponiéndose en la final a una Alemania mediocre, con Ronaldo resucitado tras sus graves lesiones de rodilla, con un gran Rivaldo y un emergente Ronaldinho. Con Scolari en el banquillo no deslumbró, pero era la selección con mejores individualidades y se alzó con su quinto título. Fue un campeonato del mundo extraño, poco vistoso, marcado por los favores arbitrales a Corea, que llegó hasta semifinales. La Francia de Zidane, que defendía el título, y la Argentina de Bielsa eran las grandes favoritas, pero no pasaron de la primera fase. Turquía, con su tercer puesto, fue la gran revelación.

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