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Scolari blinda a sus futbolistas

La policía cierra el acceso a la concentración de la ‘seleçao’ ante las protestas sociales

Scolari saluda a Neymar a su llegada a la granja Comary.
Scolari saluda a Neymar a su llegada a la granja Comary.Rafael ribeiro (CBF)

Además de construir un equipo campeón, el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, tiene ante sí un reto complicado en los 17 días que faltan para el comienzo de la Copa del Mundo: mantener a sus futbolistas aislados del ambiente enrarecido que se vive en el país. Ayer por la mañana, tanto en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro como frente a la apacible granja Comary (en las afueras de Teresópolis, a unos 100 kilómetros de Río), donde la seleçao está ya concentrada a estas horas, grupos de profesores se manifestaron contra la celebración del evento y la FIFA. La policía cerró los accesos a las instalaciones de Comary a un kilómetro y medio de distancia del recinto, tratando de preservar la tranquilidad del equipo. En una imagen inconcebible hace tan solo unos años, un helicóptero de la Policía Federal sobrevolaba los campos de entrenamiento del equipo que tratará de conseguir el sexto campeonato mundial en su propia tierra.

A primera hora de la mañana, un grupo de unos 200 profesores se manifestó junto al autobús de la selección en la puerta de un hotel próximo al Aeropuerto Internacional Tom Jobim, donde se reunieron los jugadores antes de desplazarse a Teresópolis. La protesta, mayoritariamente pacífica, se llenó de gritos (“¡No va a haber Copa, va a haber huelga!”), puños cerrados y dedos levantados cuando salieron los jugadores del hotel. La coordinadora del Sindicato Estatal de los Profesionales de la Educación (SEPE), Suzana Gutiérrez, afirmó: “Nuestra manifestación no es contra la selección; estamos aquí para llamar la atención sobre nuestras pésimas condiciones de trabajo y falta de diálogo con las autoridades”, según recogió el diario O Globo.

“¡No va a haber Copa, va a haber huelga!”, gritaba un grupo de profesores

El primer jugador en llegar al hotel, en plena madrugada (y evitando la presencia de público o prensa) fue Neymar, quien, según fuentes de la federación, todavía se resiente ligeramente de la dolencia en el pie que le mantuvo varias semanas fuera del campo en el último tramo de la Liga española.

A la llegada del autocar a Teresópolis, decenas de aficionados vestidos con camisetas de Brasil y ataviados con pelucas verdes y amarillas recibieron con gritos de entusiasmo a la selección brasileña. Otro grupo de profesores insistía en las protestas, enarbolando pancartas y gritando mensajes anti Copa.

En una entrevista publicada ayer por el diario O Estado de São Paulo, Scolari declaró: “El Mundial, fuera del campo, no es asunto de los jugadores.[…] Quien tiene que cuidar de las manifestaciones es la Policía y el Gobierno. Nosotros solo tenemos que explicarles que su función es jugar a la pelota”.

El cuerpo técnico brasileño lleva semanas alertando sobre la importancia del uso adecuado de las redes sociales por parte de los jugadores durante esta Copa. Hace unas semanas, durante el anuncio de los 23 futbolistas convocados, Scolari precisó: “Los jugadores tendrán libertad, siempre que no interfiera en nuestro trabajo”.

“Lo que pasa fuera del campo no es cosa de los jugadores”, dice el seleccionador

Hoy se habla de “uso responsable”, en el que el límite estará en las informaciones del vestuario y otros asuntos internos. Scolari y su ayudante, el también excampeón del mundo Carlos Alberto Parreira, se reunirán próximamente con los jugadores para abordar su responsabilidad individual y el posible impacto público de las palabras e imágenes que publiquen. En la citada entrevista de ayer, Scolari señaló: “Cada uno asume lo que escribe; están dando su opinión particular, no la del equipo”.

El intento de aislar al grupo frente a la atmósfera convulsa que ya se vivió hace un año, durante la Copa Confederaciones, explica también la elección como cuartel de la seleçao de la apartada Granja Comary, remodelada durante casi un año (con un presupuesto de 15 millones de reales, casi cinco millones de euros). Así, el acceso a los entrenamientos de la canarinha estará restringido a periodistas acreditados e invitados.

La única baja en la selección es la del lateral izquierdo Marcelo, que tiene permiso para incorporarse mañana al grupo tras las celebraciones por la victoria del Real Madrid en la Liga de Campeones ante el Atlético. En sus dos primeras jornadas, los jugadores serán sometidos a exámenes médicos; también tienen previsto atender a la prensa. Hasta el debut del Mundial, el próximo 12 de junio en São Paulo contra Croacia, el equipo brasileño jugará dos amistosos: el próximo 3 de junio contra Panamá, en la ciudad de Goiania, y el 6 de junio contra Serbia, en São Paulo.

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