Hilderaldo Bellini, el brasileño que enseñó a levantar la Copa del Mundo
Defensa del Vasco da Gama y del São Paulo, fue el capitán de la Canarinha en Suecia 58, y repitió victoria en Chile 62
En la entrada principal de Maracaná, una estatua homenajea a los bicampeones del mundo (1958-62) con la figura de un jugador levantando la Copa Jules Rimet sobre su cabeza. La obra, fundida en bronce, reproduce el rostro del cantautor Chico Alves, al que, según una de las muchas versiones que circulan, también quiso homenajear el empresario que ordenó la escultura. Sin embargo, los aficionados al fútbol de Río de Janeiro, independientemente de sus preferencias por el Vasco de Gama, su club, el Flamengo, el Fluminense o el Botafogo, la bautizaron desde un principio como la estatua de Hilderaldo Luís Bellini, fallecido el miércoles en São Paulo a los 83 años.
Bellini fue el primer capitán de Brasil que levantó una Copa del Mundo, lo que le convirtió en leyenda. Fue el 29 de junio de 1958 en el estadio Rassunda de Estocolmo donde inmortalizó una estampa que luego fue repetida por cada uno de los capitanes de las selecciones que conquistaron un Mundial. Apuntado por los objetivos de los fotógrafos, alzó el trofeo, “para que tuvieran un encuadre limpio”, por encima de su cabeza, como luego harían su propio compatriota e íntimo amigo, Mauro, en 1962, o Íker Casillas, en 2010.
“Brasil perdió a un ícono del fútbol”, escribió la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en su cuenta de Twitter. “Bellini conquistó para siempre un lugar en el corazón de cada brasileño al levantar con sus dos manos el trofeo de la Copa de 1958. El gesto, repetido en cada victoria de nuestros mundiales, hizo de Bellini un ícono de fuerza de los brasileños para superar las adversidades”, prosiguió la mandataria.
Defensa corpulento, respondió
Bellini fue un defensa corpulento que respondió al perfil del central de la época, alto, duro y de fuerte carácter. Un combatiente rocoso en esos duelos físicos con los arietes de la época. Su personalidad le llevó, junto a Nilton Santos, a imponer a Feola, el seleccionador brasileño en aquel Mundial del 58, que Garrincha y Pelé fueran titulares tras un empate a cero con Inglaterra en el segundo partido. De aquella reunión emergió el equipo definitivo que le dio a Brasil su primer Mundial y restañó, en parte, el Maracanazo de ocho años atrás. Sin la elegancia de Nilton Santos con la pelota, ni la vocación ofensiva de Djalma Santos, Bellini fue el cacique de su área.
Nacido en Itapara (São Paulo), fue todo un sexsimbol de la época al que le llegaron a tentar las telenovelas y el cine. Desarrolló casi toda su carrera en el Vasco da Gama, con el que conquistó tres campeonatos cariocas (Río de Janeiro). Tras nueve temporadas en Morumbí, fichó por el São Paulo, para retirarse, a los 40 años, en el Atlético Paranaense.
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