Toneladas de basura contaminada del hospital Valdecilla se agolpan en el exterior
Informática y robótica, prioridades del acuerdo científico España-URSS
Un dúo explosivo
Todos pendientes de Joe Montana
La Super Bowl del domingo, dispuesta para dar nacimiento a un mito
Valer para un roto y un descosido
Iglesias rechaza incorporarse a la dirección del PCE de Asturias
Banco Simeón.
IU y el CDS critican al Constitucional por retrasar la convocatoria electoral
'Interferencias'
Noriega pide que se le considere prisionero de guerra
La oposición de la RDA acepta formar parte de un Gobierno de gran coalición
Turín, después de Milán, adopta severas medidas contra el tráfico
Pedro Sorela y del Corral, diplomático
Roban un cuadro para demostrar la inseguridad del museo de Quesada
Elogio de la envidia
La autodeterminación, del Parlamento a las fábricas ya las aulas
Barcelona, CAI, IFA Granollers y Taugrés, en lucha por dos puestos
'La diagonal del loco'
Daniel se salvó.
Francia aplaza indefinidamente la supresión de la frontera con España por Cataluna y Aragón
'La vuelta al mundo en 80 días'
Hoy, el Mundial de Caza.
Los ingresos por IVA crecer el 13% frente al 9% del IRPF en los Presupuestos del Estado para 1990
Abatidos piratas aéreos.
La ordenación Galicia es un reto pendiente, según Victorino Núñez
El mosaico de la locura
La transformación de la atención psiquiátrica camina con paso desigual y una queja común: la falta de recursos alternativosEl maníaco de Barbastro y los niños cosidos a tiros en Badajoz recientemente por un joven perturbado que obedecía a unas voces alucinadas han actualizado el debate sobre la reforma psiquiátrica española, pese a que se conviene en que los locos son menos agresivos que el resto de la población. Urdida allá por 1985 e iniciada antes en algunos lugares, el redefinimiento de la atención psiquiátrica camina con paso desigual en el país. Casi un lustro después hay menos manicomios, más atención en hospitales generales y en centros de salud. Todo con un reparto desigual, según la diligencia de cada comunidad autónoma para organizarse. Hay una queja común: faltan recursos sociales, como pisos protegidos, pequeñas residencias y comunidades terapéuticas, alternativas a la inútil marginación manicomial.