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El mejor bar de pueblo para comer y beber (muy bien) en Asturias

El Blanco es toda una institución en Cangas del Narcea, donde se sirve un ‘steak tartar’ de premio, raya en escabeche, buenos pescados de las lonjas asturianas, guisos, caza y setas, y un repertorio de vinos de la zona

Pepe Ron prepara un plato en la cocina recién reformada de El Blanco.
Pepe Ron prepara un plato en la cocina recién reformada de El Blanco.Sara Castaño
Paz Álvarez

Por Cangas del Narcea no se pasa, hay que ir. Y no hay mejor excusa para dejarse caer por esta localidad del suroeste asturiano que la de disfrutar de un bar con restaurante incluido que no defrauda. Bajo la batuta de los hermanos Ron, Pepe, de 58 años, en cocina, y Enrique (Kike), de 50, encargado de la bodega y de la barra, El Blanco es una dirección acertada.

El origen de esta historia se remonta a 1959, cuando Engracia Linde y Pepe Ron, padres de los propietarios, cogieron el traspaso de un pequeño bar en una estrecha calle comercial de la capital de este concejo. El padre había trabajado en la hostelería en Madrid, en casas de marisco en las que educó el paladar y aprendió a apreciar el buen producto. Fue él, que además tenía dotes de guisandero, el que enseñó a su mujer a cocinar. Murió joven, con 44 años, y fue la madre —a sus 84 años sigue yendo al local cada día, y uno de ellos prepara la comida para el personal, que aquí consideran familia— la que tomó las riendas del negocio, al que se fueron incorporando los tres hijos del matrimonio (uno de ellos falleció hace cinco años).

Picoteo variado de El Blanco.
Picoteo variado de El Blanco.

El proceso fue natural. Habían nacido y criado allí. Siempre fue una casa de comidas seria y honesta donde no faltaba el marisco o los platos de caza, pero con el paso del tiempo se ha ido refinando en cuanto a técnicas culinarias. De ello se ha encargado Pepe Ron, un cocinero con un conocimiento pulido a base de curiosidad y de lo aprendido al lado de Paco Ron, en Viavélez, su gran maestro, junto a Nacho Manzano, en Casa Marcial, en La Salgar, y con Pepe Solla, en Poio (Pontevedra). Por su parte, Kike Ron, detrás de la barra, impecable e ilustrada, hizo prácticas en El Celler de Can Roca, en Girona, y con Quique Dacosta, en Dènia (Alicante), y es el autor de una marca propia de vermut, La Trucha Cautiva, elaborado en Cangas del Narcea con uva albillo, que se complementa con una línea de conservas —mejillones con escabeche de vermú, berberechos, o anchoas elaboradas por la conservera asturiana Hazas— para acompañar el aperitivo.

Tras unos meses de reforma, desde este verano El Blanco luce renovado, con una cocina nueva y el doble de asientos —ahora tiene 40—, aunque con la esencia de antaño, el mismo suelo hidráulico e idéntica barra de madera sobre la que se acoda a diario una parroquia local muy fiel. Este lavado de cara lo justifican con un sentimiento: la obligación de devolverle a la villa lo que esta les ha dado a ellos. Y esto se traduce en compromiso con los productores locales y con el entorno. El lugar marca —hasta hace unos años vivía de la minería, ahora lo hace del turismo rural, con el Parador de Corias al lado, y un puñado de bodegas que hacen que este sitio sea especial—. Los de Cangas del Narcea, con una población de unos 13.500 habitantes, hacen piña entre ellos. Y eso se nota.

En la cocina de Pepe Ron se plasma en el deseo de ofrecer lo mejor, en el inconformismo de sus platos, marcados por la tradición, la innovación, el producto y la temporada. Asegura que ahora se encuentra en el mejor momento, con ganas de “recocinar lo aprendido”, jugando cada día con la carta, sobre todo los fines de semana, para no aburrir al cliente repetidor. Tampoco quiere cansarse él. Le gusta cocinar el momento, la estación. Y del mágico otoño asturiano salen platos de setas, como el de boletus, angula de monte, foie gras y yema de huevo, o de caza, dependiendo de lo que haya. Reconforta tomar una crema de pote de berzas, servida en una vajilla de cerámica negra de Llamas del Mouro, y probar la raya —un plato de subsistencia de la zona, según cuenta, con uno de los grandes pescados que saben cocinar muy bien las señoras mayores de la villa, que siempre preparaban al ajoarriero—, y que él elabora con escabeche de vino albarín blanco. “Cocinar raya es cocinar territorio”, matiza Ron.

Entre los entrantes ofrece unos canutillos de cecina con membrillo, pimientos asados y queso de Rey Silo (18 euros), unas croquetas cremosas de jamón (15 euros), o una berenjena asada con cremoso de quesos asturianos, pesto y gel de anchoas (18 euros). Uno de los platos más aclamados es el steak tartar con salsa bearnesa (21 euros), que prepara con solomillo de ternera de Cangas, con el que quedó ganador este año en el concurso a la mejor receta, celebrado en el Fórum gastronómico de Girona. También el pixín (rape) de Luarca —puede hacerlo también con cualquier otro pescado, como el salmonete de la rula de Avilés— a la brasa con una parmentier de su hígado, frejoles de Corias y un jugo intenso de sus cabezas (28,50 euros), o el bacalao confitado con pisto ecológico y piparras fritas, o sobre una salsa de morros de cerdo y trompetas de la muerte (26 euros). El arroz con pito de caleya y boletus es sobresaliente, con el grano suelto y meloso, y un fondo potente (24 euros). Las carnes tienen protagonismo en la carta, con la carrillera de ternera al palo cortado, puré de boniato asado y tirabeques (24 euros), la costilla de gocho astur celta confitada y crujiente con emulsión de chimi-churri y patata a la mostaza (25 euros), o el lingote de lechazo con el jugo reducido y acompañado de puré de berenjena asada y encurtidos caseros (25 euros).

Fachada del Bar Blanco, en el centro de Cangas del Narcea (Asturias).
Fachada del Bar Blanco, en el centro de Cangas del Narcea (Asturias).sara castaño

El apartado dulce es sublime: prepara una torrija con panetone, obligatorio es el flan del Blanco, que hace con yemas de huevo y acompaña con helado de cítricos y romero, como también la crema de arroz con leche requemado a la manera tradicional, o el brownie de chocolate con cremoso de chocolate blanco y sorbete de mandarina (todos ellos a 7 euros). La carta de vinos ofrece una curiosa selección de etiquetas, con especial atención a los vinos de la zona, de Cangas y de Ibias.

Bar Blanco Restaurante

  • Dirección: Mayor, 11,  Cangas del Narcea, Asturias
  • Teléfono: 985 81 03 16
  • Horarios: de martes a jueves, de 10:30 a 16.00 horas, y de 19.00 a 1.30 horas; viernes y sábados, de 10:30 a 16.00 horas, y de 19.00 a 2.30 horas; domingos: de 10:30 a 16:00 horas. Lunes, cerrado.



Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.
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