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la zona fantasma
Columna
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Cuajo

Javier Marías

Fin del repaso azaroso, que recomiendo a cuantos todavía hoy aseguran que a 7 de marzo no había ningún peligro

Por azar no tiré en su momento EL PAÍS del pasado 7 de marzo, aunque ya lo había leído, como prueba que recorté de mi ejemplar la columna de Savater para enviársela a un amigo inglés que me las pide. Ahora, antes de deshacerme del diario, le he echado un vistazo que me ha resultado ilustrativo pese a que hayan transcurrido sólo dos meses, que no es mucho tiempo. Pero el tiempo ha cambiado desde la amenaza y el confinamiento. Éste se decretó cinco o siete fechas después (según las comunidades), pero aquélla era muy palpable desde hacía semanas como mínimo. El principal titular de primera plana fue: “El coronavirus cuesta ya a la Bolsa española 110.000 millones. El Gobierno revisa su estrategia económica por la crisis”. Debajo: “Más de 60 personas se contagiaron tras un funeral en Vitoria”, y a continuación: “Madrid cierra sus 213 centros de mayores para evitar contagios”. La foto corresponde a “Movilización estudiantil antes del 8-M”, porque “las organizaciones estudiantiles se adelantaron al 8-M con marchas contra la violencia machista y el veto parental de Vox”. Se celebraron en 40 ciudades, las más numerosas en Barcelona, con 30.000 participantes según el Sindicato de Estudiantes, y en Madrid, con 15.000. Todo esto sin salir de la página 1.

Ya en la 10, la viñeta muestra a un hombre sosteniendo el virus cornúpeta a modo de globo terráqueo, con la leyenda: “El miedo es un microscopio que todo lo agranda”. En la sección de Cartas, hay una titulada “Sacar beneficio del miedo”, denunciando la indecente compraventa de mascarillas. En la 19, bajo el titular “Vox, el patriotismo más rentable”, se dice que ese partido tiene prevista “para hoy” su asamblea general en la Plaza de Vistalegre. En mi recuerdo era el 8 de marzo, no el 7, cuando 9.000 militantes se reunieron allí, repartiéndose besos y abrazos, lo cual, posiblemente, causó la infección de los dirigentes Ortega Smith, Abascal y Olona, que sepamos. En la 20, a cinco columnas, “La magnitud de la epidemia sigue oculta. Expertos aseguran que con más exámenes clínicos el número de positivos, 374, crecería. Los fallecidos ascienden a 8”. En esa página y en la siguiente se amplían las noticias de portada sobre los centros de jubilados de Madrid y el “supercontagio” de Vitoria. En la 22, la cuarentena de Wuhan y el “estrés postraumático” que, por la incomunicación, “se manifiesta hasta tres años después”; y en varios “breves” se lee: a) “Casi 100.000 contagiados. En las últimas 24 horas se han detectado 2.736 nuevos casos en 47 países. La cifra total de afectados es de 98.023 y 3.380 muertos”; b) “Son ya 9 los países afectados en África: Argelia, Camerún, Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, Togo y Túnez. Además, Perú y el Vaticano han registrado el primer caso en sus territorios”; c) “Francia cierra más escuelas. Tras contarse más de 600 casos y 19 muertes, el Gobierno galo ha decidido clausurar las escuelas infantiles, colegios y liceos de Oise y Alto Rin durante los próximos 15 días. La medida viene tras confirmarse 190 casos en un solo día”. Y, ya en la 23: “Temor en EE UU a que la expansión del virus supere lo que dicen los números oficiales”. Hay una foto cuyo pie es: “La Gran Mezquita de La Meca, con la Kaaba en el centro, ayer vacía”. Es eso en torno a lo cual giran y giran multitudes de musulmanes llegados de todas partes, no sé en qué fechas.

En el suplemento local, “El maratón restringe la participación de los atletas de zonas con riesgo de virus”. Y, en Cultura, “Telecinco aplaza por el coronavirus” no sé qué estreno. “Los distribuidores temen que el miedo a la epidemia hunda la taquilla en los cines”. En Estilo, “Látex y mascarillas en la Semana de la Moda de París”. En Motor, fotos de los coches que no podrán admirarse en el ya cancelado Salón de Ginebra. En Economía, se amplían las noticias de primera plana sobre la Bolsa y la corregida estrategia del Gobierno, y además: “Las aseguradoras subrayan que asumirán el coste de la epidemia”.

He omitido las páginas dedicadas a las manifestaciones que se calentaban para el día siguiente, 8. Sólo la de Madrid congregó a 120.000 personas, y posiblemente salieron contagiadas de ella las Ministras Calvo, Darias y Montero de Igualdad y la mujer del Presidente, Begoña Gómez. También las deportivas: el día 11, unos 5.000 colchoneros volaron apiñados a Liverpool y allí festejaron a lo grande la admirable victoria de su equipo en la prórroga por 2 a 3. Tan sólo una semana antes, el 29 de febrero, Torra y 100.000 acólitos se trasladaron a Perpiñán para agasajar a Puigdemont, que los había convocado. Posiblemente de allí volvió Torra infectado.

Fin del repaso azaroso, que recomiendo a cuantos todavía hoy aseguran que a 7 de marzo no había ningún peligro, ni motivo para suspender o aplazar acontecimientos masivos. A todos esos les envidio su cuajo, que vulgarmente se conoce más por otros nombres.

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