¿Subirá el euríbor?
La política monetaria permite ganar tiempo, pero en España no paramos de despilfarrarlo
El Banco Central Europeo anunció en 2018 el fin de su programa de compras de deuda y comenzó el debate sobre la subida de tipos. Pero el euríbor a tres meses está a -0,3%, el euríbor a un año al -0,1%. Dentro de un año, el euríbor en los mercados de futuros estará al 0% y el bono a diez años de la deuda pública alemana cotizará al 0,2%. Por lo tanto, las subidas de tipos en Europa ni están ni se las espera.
China empieza a sufrir los efectos del proteccionismo de Donald Trump con una intensa caída de sus exportaciones a finales del pasado año. Europa es una economía muy abierta y exportadora y el crecimiento se ha frenado en seco. Especialmente en Alemania, donde incluso ya se habla de una posible recesión.
El Gobierno chino ha bajado el impuesto sobre la renta a las clases medias y bajas para estimular el consumo y ha relajado su política monetaria y sus condiciones de crédito a las empresas para reactivar la inversión. En EE UU los tipos a tres meses en el mercado interbancario cotizan al 2,75% y en el mercado de futuros los tipos a tres meses dentro de un año seguirán estables en ese nivel. Por ello, los inversores ya no esperan más subidas de tipos de interés.
En las últimas décadas, los tipos a largo plazo de la deuda pública en EE UU han cotizado muy próximos al crecimiento del PIB nominal, que incluye la inflación. Hoy el PIB nominal crece próximo al 5% y el bono a 10 años de la deuda pública cotiza al 2,75%. La caída de las Bolsas que amenaza la estabilidad financiera y la presión de Trump culpando a la Reserva Federal de poner en riesgo el crecimiento de EE UU han llevado a parar las subidas de tipos, de momento. El euro se ha depreciado desde 1,4 dólares en 2014 por la agresiva política de compras de deuda del BCE. Pero desde el pasado otoño se ha estabilizado en niveles próximos a 1,15.
La curva de tipos plana en EE UU anticipa que la recesión está cerca y eso supondría posibles bajadas de tipos y un dólar más débil, lo cual pondría más viento en contra de las exportaciones y el crecimiento europeo.
El BCE vuelve a hacer la política monetaria que conviene a Alemania. En España la demanda interna nominal crece próxima al 5% y los bonos a 10 años del Tesoro cotizan al 1,25%. La política monetaria sigue siendo ultraexpansiva para nuestra economía y explica la mayor parte del crecimiento del empleo. Los manuales nos enseñan que la política fiscal debería ser contractiva o al menos neutral para reducir el déficit estructural y la deuda pública y prepararnos para la próxima crisis.
Pero si se aprueban los Presupuestos el déficit estructural volverá a aumentar, igual que en los cuatro años anteriores. La política monetaria permite ganar tiempo, pero en España no paramos de despilfarrarlo. Keynes nos enseñó que la política económica debe identificar las causas de los problemas y anticiparse a sus efectos. Veremos.
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