Dos años de Macri: de la recesión dura de 2016 a la recuperación al llegar las elecciones
Los datos indican que el presidente llega con un balance contradictorio a su primera prueba electoral
Argentina se enfrenta a unas elecciones legislativas clave este domingo y la campaña trata de hacer balance de los dos primeros años de Gobierno de Mauricio Macri. Pero las cifras, como casi todo en Argentina, son contradictorias. Lo único claro es que el primer año, 2016, fue de recesión fuerte, inflación del 40% y una caída en casi todo. En 2017, sobre todo en los últimos meses, cercanos a las elecciones, los datos han empezado a mejorar con claridad, aunque siempre comparando con el desastre de 2016. El macrismo llega a la recta final con noticias más positivas y con la promesa de que a partir de ahora todo irá a mejor.
Pero la realidad argentina va por barrios, y por sectores. El presidente bajó impuestos al campo, la histórica mina de oro del país, y en la fértil pampa húmeda todo es entusiasmo y votos para el macrismo. Pero Macri también subió las tarifas de gas, luz, agua, subió el combustible, y la industria, y en especial los superpoblados y empobrecidos alrededores de Buenos Aires están sufriendo. Ventas que se desploman, una inflación imparable que devora los salarios, y un fuerte aumento de la pobreza en el primer año de Gobierno, un durísimo 2016.
Campo frente a ciudad, clase media frente a clase baja. Interior frente a capital. El país está dividido pero todas las encuestas indican que Argentina le dará una oportunidad a Macri y más poder para profundizar sus reformas, mientras la oposición liderada por Cristina Fernández de Kirchner queda debilitada.
La recesión se ha sentido mucho en la clase media-baja pero el presidente está inyectando mucho dinero en obra pública y planes sociales para intentar paliar esa debilidad de la economía. A cambio, se está endeudando a un ritmo inquietante para muchos expertos.
Los Kirchner tenían cerrado el grifo de la financiación internacional por su conflicto con los fondos buitre. Macri, apoyado por todos los organismos internacionales y los países clave, tiene un enorme flujo de dinero. Llega como deuda, como inversión especulativa atraída por un increíble interés del 27% en pesos, y a través del blanqueo, récord mundial con 117.000 millones de dólares declarados por argentinos y antes ocultos, el 20% del PIB. Ese enorme flujo de dinero está disparando el mercado inmobiliario y la venta de coches, por ejemplo. Pero aún no ha llegado a convertirse en inversión productiva y empleo de forma masiva. Estas son algunas de las claves de los datos de los primeros dos años de Gobierno de Macri.
PIB: Caída en 2016, recuperación en 2017
Macri recibió a fines de 2015 una economía casi estancada, con bajo crecimiento muy estimulado por el gasto público. Su primer año fue aún peor: el PIB cayó un 2,3%. El duro ajuste económico que aplicó en el inicio de su mandato, el freno de la obra pública y una inflación desbocada, sumados a un contexto internacional desfavorable por la crisis de Brasil -el principal socio comercial de Argentina- provocaron un derrumbe del consumo y, por consiguiente, se resintió también la construcción, la producción industrial y las exportaciones. Los indicadores comenzaron a mejorar a mitad de 2017 y Argentina acumula un aumento del PIB del 1,6% gracias al avance del 2,7% obtenido en el segundo trimestre. El FMI prevé que el país cierre 2017 con un crecimiento del 2,5%. Según el economista Eduardo Levy Yeyati, el Gobierno aspira a crecer con moderación, a una tasa cercana al 3%, pero de forma continuada, y romper así los ciclos de crecimiento y crisis profundas que han caracterizado la Argentina de las últimas décadas.
INFLACIÓN: 40% en 2016, 23% en 2017
La inflación, un mal endémico en Argentina, es la piedra en el zapato de la política económica de Macri. El gran aumento de los servicios básicos hipersubvencionados durante el kirchnerismo -luz, agua, gas, transporte- contribuyó a que los precios se disparan un 40% en 2016, frente al 29,9% estimado por consultoras privadas en 2015. El Gobierno preveía reducirla a un máximo del 17% para 2017, pero no ha podido cumplir el objetivo. La inflación superó ese techo en los primeros nueve meses del año pese a la agresiva política de restricción monetaria del Banco Central. Se prevé que la inflación se mantenga alta en el último trimestre por el impacto de los aumentos pospuestos en las tarifas de gas y electricidad.
DESEMPLEO: ligera bajada en 2017
La manipulación de los datos estadísticos durante los últimos siete años del kirchnerismo impide saber la cifra real de desempleo con la que dejó el país Cristina Fernández, pero hay consenso en que estaba más cerca del 8% que del 6,6% que marcó el cuestionado Indec a mitad de 2015. Tampoco hay datos oficiales sobre la destrucción de empleo en los primeros meses de Macri. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, reconoció oficialmente 120.000 despidos, pero la oposición elevó la cifra hasta 200.000. El Indec volvió a publicar cifras fiables de desempleo en agosto de 2016, cuando la desocupación llegó al 9,3%. Casi un año después, la cifra ha bajado al 8,7%, con 1.088.000 personas desocupadas.
DEUDA: el gran problema de Macri
Argentina tenía a fines de 2015 una tasa baja de endeudamiento externo en relación al PIB, inferior al 50% (España cerró ese año con un ratio deuda/PIB del 99,4%; Brasil, del 72,5%; Chile, del 70%; y Uruguay, casi del 62%). El Gobierno de Macri pagó en abril de 2016 9.300 millones de dólares a los fondos especulativos que habían ganado un juicio en Nueva York por títulos de deuda en mora desde la crisis de 2001 y puso fin a las restricciones al crédito internacional que tuvo Argentina durante 15 años. Desde entonces, el Estado ha aumentado la deuda en alrededor de 50.000 millones de dólares, hasta el 58,6% del PIB.
POBREZA: fuerte aumento en 2016, caída en 2017
Macri puso la pobreza cero entre sus prioridades de Gobierno, pero los primeros meses de su gestión llevaron al país en dirección contraria. La pobreza aumentó en 1,4 millones, hasta los 13 millones en total, el 34,5% de la población, según datos de la Universidad Católica Argentina, tomados como referencia ante la ausencia de cifras oficiales. Al reestablecer las estadísticas del Indec, el macrismo admitió hace 13 meses un 32% de pobreza y ha caído levemente desde entonces, hasta el 28,6% de la última medición, a mitad de año.
COMERCIO EXTERIOR: caen las exportaciones
Bajo la gestión de Macri, la balanza comercial argentina ha acentuado su desequilibrio por el aumento de las importaciones y el estancamiento de las exportaciones derivado del adverso contexto internacional. La crisis de Brasil y la desaceleración de China han influido en incrementar el saldo negativo con estos dos grandes socios comerciales. El pasado agosto, las compras al gigante vecino subieron un 25,9% y las ventas lo hicieron un 4,6%. El déficit comercial en agosto acumula 4.498 millones de dólares, frente a los 3.035 millones con el que cerró 2015. Entre los bienes exportados se mantiene en primer lugar los productos agropecuarios, mientras que entre las importaciones destacan los bienes de capital e intermedios, aunque han dado un gran salto los vehículos tras la retirada de trabas proteccionistas que regían durante el kirchnerismo.
TARIFAS: Se disparan todos los servicios
El kirchnerismo mantuvo las tarifas de los servicios básicos -luz, agua y gas- casi congeladas durante 12 años a través de subsidios cada vez más costosos. Macri comenzó a retirarlos poco después de llegar a la Casa Rosada, con excepción de los hogares más pobres. El primer aumento, con incrementos de hasta el 1.000%, fue anulado por la Justicia, que logró una moderación del incremento. Las tarifas subieron por última vez a principios de 2017 y volverán a incrementarse en el último trimestre del año. El macrismo aumentó también en 2016 el transporte público: el subterráneo aumentó en pesos un 60% y el autobús un 100%. Los precios del transporte se han mantenido sin cambios este año.
INVERSIÓN EXTRANJERA: la gran promesa que no llega
Macri, procedente de una de las grandes familias empresarias de Argentina, anunció en 2016 una lluvia de inversiones que no llegó. La inversión extranjera cayó en el primer año del macrismo a menos de la mitad de los 11.759 registrados en el último año de Cristina Fernández de Kirchner en el poder. En 2017 comenzó a recuperarse y en el primer semestre acumuló 5.174 millones de dólares.
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