La Argentina de Macri ofrece las primeras buenas noticias: la industria vuelve a crecer
El índice de actividad medido por el Gobierno registra una subida del 2,7% interanual
La economía ha dado su primera buena noticia al gobierno de Mauricio Macri. La actividad industrial, termómetro de la buena salud productiva de una economía, ha subido 2,7% en mayo con respecto al mismo mes de 2016. La subida es la primera en 15 meses, es decir desde que Macri asumió la presidencia. El último dato positivo registrado en enero del año pasado, de 1,2%, reflejó el nivel de actividad del cierre de la era kirchnerista. Desde entonces, el Estimador Mensual Industrial (EMI) que realiza el INDEC, la oficina estatal de estadísticas, dio negativo, con un pico de caída en octubre, con -8%.
El Gobierno puede festejar, es cierto, pero no tanto. La subida del EMI estuvo impulsada por el sector automotriz (17,4%) y la industria metalmecánica (11,6%), sobre todo porque hubo algunas noticias positivas que llegan desde Brasil, el principal mercado de los autos argentinos. Otros sectores clave, sin embargo, siguieron en baja: el textil, clave en la generación de mano de obra, cayó 13,3, la producción de papel registró -10,2% y el sector petrolero se redujo en 0,4%. El acumulado del EMI para el año, además, tardará en recuperarse, siempre y cuando la tendencia registrada en mayo se mantenga. El INDEC registró una caída del 1,4% en el comparativo interanual de los primeros cinco meses del año.
Pese a estos matices, el EMI de mayo ha sido el primer “brote verde” verdaderamente relevante de la economía argentina, algo que el Gobierno viene anunciando desde principios del año pasado, cuando esperaba índices positivos para “el segundo semestre” de 2016. Pero los brotes nunca florecieron, al punto que el Producto Interior Bruto (PIB) cayó 2,3%. Para 2017, el gobierno confía en que habrá una subida de 3,5% y ya anunció que el PIB del primer trimestre creció 0,3%.
Que la actividad económica mejore dependió mucho del buen momento de la construcción, un sector donde el Estado se convirtió en un actor de peso a través del impulso de la obra pública. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) determinó que en mayo el sector subió 10,3% con respecto a igual mes del año anterior. El dato del acumulado durante los cinco primeros meses del año registró un aumento de 5,1% interanual.
Otros indicadores, sin embargo, son una sucesión de malas noticias. El 30,3% de los argentinos es pobre y nueve de cada 10 no tienen trabajo. En cuanto a los ingresos, el INDEC dijo que la mitad de la población con algún tipo de ingresos recibieron durante el primer trimestre menos de 9.700 pesos (584 dólares) por mes, insuficientes para afrontar los 14.660 pesos (888 dólares) que cuesta la canasta básica total, es decir alimentos más vestimenta y movilidad.
El informe oficial del EMI dado por el Indec también incluyó una encuesta de expectativas, algo clave para entender hacia donde creen los empresarios que irá la economía del país. Casi cuatro de cada tres manifestaron que habrá un aumento de la demanda interna entre junio y agosto y 13% opinaron que bajará. Entre los exportadores fueron más cautos: sólo el 26% dijo que espera mayores ventas de sus productos al exterior.
Que la actividad económica mejore dependió mucho también del buen momento de la construcción, un sector donde el Estado se convirtió en un actor de peso a través del impulso de la obra pública. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) determinó que en mayo el sector subió 10,3% con respecto a igual mes del año anterior. El dato del acumulado durante los cinco primeros meses del año registró un aumento de 5,1% interanual.
Las opiniones de los empresarios no pueden leerse fuera del contexto de un año electoral, definido por el Gobierno como clave para el rumbo de la economía. Las urnas se abrirán el 22 de octubre para renovar parte del Parlamento, y del resultado del oficialismo dependerá que el Gobierno pueda tomar las medidas que le permitan cumplir con el objetivo de 4,2% de déficit fiscal. Por ahora esas medidas no han llegado, sobre todo por el impacto negativo que puede tener sobre el empleo y el consumo. El clima preelectoral no es el mejor para políticas de ajuste.
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