La última homilía de la Mercè del arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles -cuyo mandato expiraba ayer-, arrancó de la visión mercedaria de las cárceles, se centró en el civismo y derivó en la seguridad ciudadana. Y desató polémica.
MERCÈ 2003
J. M. MARTÍ FONT | Barcelona
La designación del nuevo arzobispo de Barcelona dispara todas las alarmas en el seno del catalanismo católico
Esquerra Republicana (ERC) trató de convencer al Partido Popular (PP) para que asegurase la estabilidad en el Ayuntamiento de Alella (Maresme), pero sin incorporarse al gobierno hasta después de las elecciones autonómicas y manteniendo hasta entonces el acuerdo en secreto, según fuentes de ambos partidos.