'Copito' y 'Urko'
La primicia necrológica de Copito de Nieve tiene gancho publicitario y puede resultar muy rentable si, tal y como ha sido solicitado por la dirección del zoo, los barceloneses pasan a "despedirse" previo pago por taquilla. Muchos zoos tienen sus animales estrella, cuya categoría y valor varían en función de su grado de rareza, exotismo o singularidad. En torno al albinismo de Copito siempre se ha desplegado un gran reclamo comercial. El mensaje que se está transmitiendo con relación a los animales salvajes y la naturaleza resulta contradictorio y distorsionado al realizarse de forma selectiva, superficial, discriminatoria y más de acuerdo con los intereses de la publicidad y la rentabilidad.
El pasado junio, el gorila Urko, hijo de Copito y Ndengue, murió en el zoo a pocos metros de su famoso padre. Nació, creció y consumió su vida entre la mirada del público y las frías paredes de azulejos. Urko sufría la patología de la cautividad. El público lo atiborraba de alimentos. Murió de peritonitis y su muerte pasó inadvertida; no hubo publicidad, ni difusión mediática, ni homenaje póstumo. Era un gorila negro, es decir, como los demás.