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EE UU enviará cereales transgénicos contra la hambruna en África

'Si no se mandan los alimentos, la gente morirá', dice la representante de la ONU

Estados Unidos ha decidido enviar 275.000 toneladas de cereales genéticamente modificados para combatir la hambruna que azota el sureste de África. 'Es un dilema moral que se plantea en estos términos: tenemos estos alimentos disponibles. Si se toma la decisión de no mandarlos, la gente morirá', resumió ayer la directora en África austral del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Judith Lewis. Algunos países de la UE han mostrado sus reticencias a este envío.

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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) lleva ya semanas advirtiendo de la catastrófica situación que se vive en el sureste de África. Según sus cálculos, se necesita un millón de toneladas de cereales para alimentar a 13 millones de personas, especialmente en Zimbabue, Malaui, Zambia, Mozambique, Lesoto y Suazilandia.

Estados Unidos, que representa el 15% de la ayuda en la zona, ha anunciado que mandaría 275.000 toneladas de cereales transgénicos, de aquí a enero del año que viene, para paliar el hambre en los seis países más afectados por la sequía.

'Toda la comida en Estados Unidos está genéticamente modificada', comentó ayer Abigail Spring, la portavoz del Programa Mundial de Alimentos en Nueva York. 'No es la primera vez que enviamos este tipo de alimentos; normalmente, a partir del momento en que está certificado por el Gobierno del país, lo mandamos donde más se necesita', añadió.

Pero la decisión ha sido criticada por los países de la Unión Europea que se oponen a este tipo de ayuda. 'Está claro que los productos transgénicos nos plantean un dilema al que debemos enfrentarnos', dijo Lewis. 'Hay mucha información falsa, desinformación y falta de información en este debate'.

Tradicionalmente, el Programa Mundial de Alimentos suele recurrir primero a Estados Unidos en los casos de emergencia. El caso es que los productores estadounidenses no separan el maíz normal del genéticamente modificado y, según el código alimentario de la organización internacional, no tienen por qué hacerlo.

'Mantenemos que es un debate entre los países donantes y los países receptores. Los gobiernos de las naciones que reciben la ayuda tienen la última palabra', dijo Lewis.

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