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Felipe González cree que la guerra es inútil sin un nuevo orden internacional

Debate en Sevilla en torno al libro 'El futuro no es lo que era'

'Ya pueden parar los bombardeos porque no llevan a ningún sitio', afirmó ayer Felipe González, que resaltó la necesidad de un nuevo orden internacional. González, que definió a EE UU como 'el imperio más benigno' de la historia, intervino en un debate en Sevilla sobre el futuro tras el 11 de septiembre, en torno al libro El futuro no es lo que era (Aguilar, que ha publicado junto con el académico Juan Luis Cebrián. Además de ambos, participaron también en el coloquio el ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti, el historiador Hugh Thomas, el escritor Manuel Vázquez Montalbán y el catedrático Javier Pérez Royo.

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'No hay ya nada relevante que bombardear. Lo que había que destruir ya está destruido', reiteró Felipe González ante unas 400 personas. 'Se exige en un momento como éste la incondicionalidad, lo que impide declarar lo que uno piensa', señaló el ex presidente antes de insinuar que los bombardeos en Afganistán serán estériles si no van acompañados de un nuevo orden internacional.

Felipe González recalcó que, 'por primera vez, la crisis económica y financiera afecta a los llamados países centrales'. 'Por primera vez toca el corazón de EE UU, Europa y Japón', dijo. '¿Qué nos hace falta? Buscar un nuevo paradigma para la nueva era. Es una buena oportunidad para que en esta gran coalición que mezcla valores, en la que hay dictadores y demócratas, se produzca la oferta de un camino de cooperación, de orden internacional y paz sobre nuevas bases'. González alertó de que 'encapsular un conflicto regional' sólo lleva a demorar una formidable explosión. E hizo alusión a los casos de Chechenia y Oriente Próximo.

Los participantes en el debate, que moderó en el Real Alcázar el periodista Antonio Franco, utilizaron como base el libro El futuro no es lo que era, fruto de una serie de conversaciones mantenidas entre el ex presidente del Gobierno Felipe González y Juan Luis Cebrián, primer director de EL PAÍS, a comienzos del pasado verano y que recoge sus reflexiones sobre la historia de nuestro país en las últimas décadas, así como sobre el marco internacional.

Cebrián insistió en que 'toda guerra es una guerra por el poder'. 'No estamos ante el romanticismo de los líderes de unos pueblos desesperados. Bin Laden y los terroristas persiguen el poder'. Cebrián señaló que Bin Laden busca comandar unas 'masas desesperadas' que le lleven a 'controlar el poder de las fuentes de energía de Occidente'. El periodista hizo también hincapié en 'el problema de la democracia y los fundamentalismos y hasta qué punto hay o no valores que son típicos de la democracia'. La libertad individual y el derecho de las personas a elegir sus gobiernos son algunos de los 'valores que es importante defender'. 'No podemos caer en el relativismo cultural de que todo vale en función de religiones y culturas', comentó el periodista.

Cebrián abogó por 'la cooperación y el diálogo frente al enfrentamiento armado'. 'Una represalia militar era lógica', puntualizó. Con todo, es imprescindible 'aumentar los presupuestos de los países desarrollados destinados a los países del Tercer Mundo'. Cebrián indicó que esto afectará al bolsillo de los contribuyentes, pero que es fundamental para 'resolver el problema del enfrentamiento entre globalizadores y globalizados.

Sanguinetti recordó que 'el terror no nació el 11 de septiembre'. Y citó, entre otros ejemplos, el caso de ETA. 'Ahora también se globalizó el terrorismo. Se nos ha puesto delante la necesidad de combatirlo y también un desafío. La alianza que se ha construido no puede ser sólo militar. Si nos hemos podido unir todas las grandes potencias para combatir, también debemos unirnos para construir el desarrollo'.

Vázquez Montalbán afirmó que el final de la guerra fría dejó 'sin enemigos' a la industria de la guerra. El escritor agregó: 'Ahora, al parecer, el enemigo está claramente delimitado'. A continuación hizo votos por que 'acabe esta guerra de Afganistán'. El conflicto, en su opinión, 'está distorsionando la tensión entre globalizadores y globalizados'.

Hugh Thomas comparó los atentados del 11 de septiembre con el asesinato del archiduque Francisco Fernando, que dio origen a la I Guerra Mundial. Pero vio 'una gran diferencia' entre 1914 y 2001: EE UU 'ha sido capaz de alcanzar de inmediato una pasmosa alianza internacional en favor de cierta clase de castigo'.

Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional, centró su intervención en la política española. Mostró su preocupación por el hecho de que tres de los pactos sobre los que se estableció la transición estén siendo revisados. Estos tres pactos son el compromiso en torno a la monarquía, la autonomía del poder político frente a los poderes fácticos y la respuesta al problema territorial.

De izquierda a derecha, Juan Luis Cebrián, Felipe González, Antonio Franco, Julio María Sanguinetti y Hugh Thomas, en el Real Alcázar de Sevilla.
De izquierda a derecha, Juan Luis Cebrián, Felipe González, Antonio Franco, Julio María Sanguinetti y Hugh Thomas, en el Real Alcázar de Sevilla.A. RUESGA

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