Felipe González y Juan Luis Cebrián alertan sobre la exclusión de la discrepancia en España

El ex presidente del Gobierno español Felipe González y el periodista y académico Juan Luis Cebrián observan en España una evolución hacia la exclusión de la discrepancia por parte del Partido Popular (PP). Ambos coincidieron ayer en la necesidad de que aquellas naciones en transición hacia una democracia auténtica, entre ellas México, promuevan la reconciliación como fundamento de consensos básicos, superando el rencor o modernizando el comportamiento de sus fuerzas políticas. González y Cebrián presentaron en Ciudad de México su libro El futuro no es lo que era (Aguilar), en una videoconferencia que fue transmitida a más de cien universidades de México y América Latina.

La consolidación de los sistemas judiciales como última garantía de la ciudadanía, las perversiones y oportunidades de la globalización, y la necesidad de que la izquierda dogmática se desprenda de sus corazas ideológicas para demostrar que puede crear riqueza y justicia social fueron aspectos abordados durante la presentación del libro, celebrada en la antigua Casa de los Azulejos, la cafetería donde los revolucionarios Pancho Villa y Emiliano Zapata desayunaron durante su triunfante entrada en Ciudad de México. El escritor mexicano Héctor Aguilar Camín moderó el diálogo.

Los autores de El futuro no es lo que era advirtieron también que el mundo afronta los prolegómenos de las consecuencias del atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos. 'Los centros del poder han cambiado', señaló Cebrián. Felipe González sostuvo que no son necesarias reformas constitucionales o legislativas, susceptibles de convertirse en liberticidas, para garantizar la seguridad de las sociedades ante los nuevos desafíos planteados por el 11 de septiembre. 'No hay que limitar las libertades, hay que priorizar la seguridad como fundamento de la convivencia en el espacio compartido que es la democracia', dijo González. Cebrián añadió que aquella fecha es 'paradigmática del nuevo proceso que implica la globalización, aunque el sentimiento de riesgo ya existía. La novedad es que la civilización comienza a desconfiar de ella misma'.

El moderador y varios de los universitarios que participaron en el diálogo, a través de un videoenlace digital, se interesaron sobre las eventuales analogías entre la transición española y la mexicana. Felipe González dijo: 'El régimen de Franco era un régimen basado en la eliminación, primero, del otro, y después en la exclusión total del otro'. En España, quien no estaba con el régimen, estaba tan excluido que no era español, agregó. 'Era un traidor a la patria, o sea, un tipo de literatura que renace por cierto ahora. Ahora no hay forma de sentirse español más que como decida la derecha española que se es español. Y cada uno se siente español, mexicano, o inglés, como le da la gana. Ésa es la democracia y el pluralismo'. Los viejos rencores se superaron en España, pero 'hay quienes olvidaron eso, y ahora cuando se habla de 'patriotismo constitucional', de nuevo se está teniendo una visión excluyente del otro'.

Juan Luis Cebrián, refiriéndose al caso mexicano, destacó que en la medida en que haya voluntad de generar un espacio político compartido por toda la población se podrá generar un consenso, que es el sustrato de las instituciones jurídicas. Se trata de un marco de funcionamiento general, precisó, aplicable a todos los países en transición. 'Es imposible que la democracia funcione, en ningún país del mundo, si no hay un consenso social, que va más allá del consenso de las leyes, va más allá de la Constitución, y del ejercicio de las instituciones'.

Los dos autores explicaron al auditorio mexicano las características y sobresaltos de la transición española. De haberse insistido en el ajuste de cuentas con el pasado, señalaron, el éxito de la transición hubiera sido prácticamente imposible. Cebrián consideró que uno de los principales logros de los gobiernos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a través de la integración en la Unión Europea, fue haber acabado con 'el problema militar'.

Cancelación del pasado

La transición mexicana hacia una democracia auténtica debe abordarse con cuidado, aprendiendo de la española, para evitar choques que la malogren, observó el periodista y escritor Héctor Aguilar Camín. 'Esta cancelación del pasado en España fue un instrumento para llegar a un efectivo consenso sobre el cual construir el sistema político moderno. Fue una decisión práctica'.

Felipe González y Juan Luis Cebrián abogaron por democracias previsibles, con certidumbre, aunque lleguen a ser aburridas. 'Por eso la democracia sólida, consolidada, es aburrida', señaló el ex presidente español. 'Pero qué bien que sea aburrida, que sea previsible el destino de un país, que se construya con toda la pasión que se quiera, pero que sea respetado por ser previsible. Lo imprevisible es no saber qué va a pasar en Argentina dentro de un mes'.

España entró en el cauce de la centralidad y de la previsibilidad. 'Puede haber una tormenta, y subir el nivel del agua, puede agitarse la corriente, pero tenemos, al menos, la tranquilidad aburrida de que estamos por ese cauce', dijo González. 'Ahora España está más aburrida', acotó Juan Luis Cebrián. 'Ahora está más aburrida porque tenemos un jefe de Gobierno que es aburrido, aburrido, aburrido. No digo que sea malo, es que es peor que malo, es aburrido'. En la España del PP, remató, 'es previsible absolutamente todo lo que ocurra en su Congreso, y tres meses antes de que se celebre ya se sabe absolutamente todo lo que va a ocurrir. Y como la democracia tiene un punto de incertidumbre, eso siempre me inquieta'.