La Academia de las Ciencias de EE UU pide investigar sin trabas con células madre
La institución pública considera demasiado restrictiva la regulación de la Administración Bush
La Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos, una de las más prestigiosas del mundo, ha decidido enmendar la plana al presidente George Bush. A través de un comité de científicos de primera línea, presidido por Bert Vogelstein, la máxima institución científica norteamericana insta a la ampliación de fondos públicos para investigación en células madre embrionarias y exhorta al establecimiento de mecanismos que garanticen el acceso a las investigaciones a toda la comunidad científica. Asimismo, considera una 'opción atractiva' la clonación de embriones para la obtención de células madre.
El documento, en el que siete expertos de reconocido prestigio han venido trabajando desde el pasado marzo, surge un mes después de que Bush anunciara que el Gobierno de Estados Unidos iba a financiar un máximo de 64 líneas de células madre embrionarias con dinero público. La noticia, que causó perplejidad en la comunidad científica, ha disparado en las últimas semanas alarmas del más diverso signo no sólo entre los científicos. También desde el área de negocios de las compañías biotecnológicas ha causado desazón.
La petición de la Academia Nacional de las Ciencias, que debía ser presentada ayer en Washigton, fue filtrada horas antes por un senador demócrata a The New York Times.
Las células madre obtenidas de embriones humanos de pocos días pueden cultivarse en el laboratorio y transformarse luego en cualquier tejido humano. Los científicos esperan de ellas innumerables aplicaciones médicas en la reparación de órganos y tejidos.
El informe, al tiempo que reconoce que la investigación en células madre se encuentra todavía en sus inicios, recuerda que la financiación pública, en especial para áreas como la salud, 'es esencial' para la adquisición de nuevos conocimientos que puedan ser transferidos al sector productivo y transformarse en 'terapias de interés'. En este contexto, la Academia insta a proseguir con las investigaciones con independencia de si las células madre son o no de origen embrionario y recomienda ampliar la actual lista de 64 líneas celulares.
Según se recoge en el informe, buena parte de estas líneas, que han sido desarrolladas por tan sólo 10 laboratorios e instituciones científicas en todo el mundo, se han obtenido mezclando caracteres genéticos animales y humanos, por lo que 'difícilmente serán viables' para su uso terapéutico. Asimismo, el documento advierte que el mantenimiento de las líneas celulares por largo tiempo en condiciones de laboratorio puede provocar mutaciones u otra suerte de alteraciones que las invaliden incluso para trabajos de investigación. Diversos expertos creen, en este sentido, que 'apenas dos docenas' de líneas celulares de las ahora mismo registradas serán utilizables. Por todo ello, concluye el informe, va a ser preciso el desarrollo de 'nuevas líneas de células madre' en el futuro.
El comité, ante la dificultad con que se encuentran muchos investigadores para obtener células madre, considera que el uso de técnicas de clonación podría ser una 'opción atractiva'. Actualmente las células madre se obtienen de embriones sobrantes de fertilizaciones in vitro. En un futuro, argumenta, esos embriones podrían obtenerse sumando el material genético de una célula adulta a un óvulo, técnica similar a la empleada para la clonación de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado. Sólo que, en esta ocasión, el destino no sería ningún útero sino un laboratorio en el que se procedería a la destrucción del embrión resultante para obtener las células madre.
A la recomendación de no limitar las investigaciones a las 64 líneas aprobadas por Bush, el grupo de expertos añade también la necesidad de establecer mecanismos que permitan el libre acceso a la comunidad científica. El comité alude, de este modo, al negativo impacto que podría derivarse del controvertido uso del sistema de patentes como mecanismo de protección en este campo. Los expertos señalan que los descubrimientos o tecnologías surgidos de investigaciones financiadas con fondos públicos deben ser protegidos de algún modo. Pero en ningún caso, agregan, esa protección puede limitar futuros desarrollos.
En este contexto, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en sus siglas inglesas), anunciaron la semana pasada que las seis patentes cedidas por la Universidad de Wisconsin a través de una fundación sin ánimo de lucro a la compañía Geron Corporation iban a estar disponibles para toda la comunidad científica, pública o privada. En el primer caso, previo pago de 5.000 dólares (algo más de 900.000 pesetas). Para el sector privado, el derecho de uso de esas patentes exigirá acuerdos con Geron.
Pero queda la duda de qué ocurrirá con otras líneas celulares o con aquellas que prefieran no optar a fondos públicos. Las restricciones actuales, argumenta la revista Science en un editorial reciente, deja en la práctica la investigación con células madre embrionarias en manos privadas, las cuales sólo se decidirán a invertir en cuanto observen que hay posibilidad de recuperar las inversiones. Por tanto, ante la inmediatez de resultados o, cuando menos, ante la aparición de indicios reales. Ello redunda, según los expertos, en un 'peligroso contrasentido' que podría acarrear la pérdida del liderazgo que actualmente mantiene Estados Unidos en la investigación biomédica.
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