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Birulés apunta que la ley permite usar células madre embrionarias

La ministra defiende la investigación 'en circunstancias especiales'

Javier Sampedro

La ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, aseguró ayer en el Parlamento que la legislación española permite 'en unas circunstancias especiales' la investigación con células madre obtenidas de embriones humanos. Esta afirmación contrasta con la actitud del Ministerio de Sanidad, que tiene bloqueadas las gestiones para permitir el uso de los 40.000 embriones humanos congelados sobrantes de los tratamientos de fertilización, y con la del PP, que ha rechazado las iniciativas socialistas al respecto.

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A una pregunta del diputado socialista Jaime Lissavetzky, Birulés dijo en el pleno del Congreso: 'Hemos respondido conforme a la legislación y ésta permite en unas circunstancias especiales, totalmente tasadas, que se pueda pedir la autorización para tratar con células embrionarias'.

Las células madre embrionarias pueden reproducirse en el laboratorio y transformarse en cualquier tipo de tejido humano. La mayoría de los científicos las considera una gran promesa para el futuro inmediato de la medicina, ya que podrán utilizarse para reparar los órganos dañados por numerosas enfermedades y lesiones. Pero estas células deben obtenerse de embriones humanos de pocos días, lo que suscita un considerable rechazo ético, particularmente de los sectores conservadores y religiosos, que consideran que esos embriones son ya una vida humana.

El PSOE ha visto rechazadas sus iniciativas parlamentarias destinadas a permitir el uso de los más de 40.000 embriones humanos que las clínicas de reproducción asistida españolas conservan congelados en sus tanques. La inmensa mayoría de estos embriones no serán jamás implantados en una mujer -muchos de ellos ni siquiera son viables-, y su única alternativa es la destrucción.

Lissavetzky aprovechó ayer su turno de réplica para recordar la posición socialista sobre el asunto. El PSOE propone impulsar un debate social sobre la ética de las investigaciones con embriones y la creación de un consejo estatal de ética de las ciencias y las tecnologías que pueda responder con reflejos a los rápidos avances en este campo. También defendió que se permita la investigación con los embriones congelados.

'Señora ministra, ¿usted qué dice? Mójese', dijo ayer Lissavetzky. 'Haga algo, apoye a los científicos, defienda a la sociedad, abra una puerta de esperanza a los enfermos. Aunque sea tarde, reaccione'. Fue entonces cuando Birulés respondió que la investigación con células madre embrionarias es legal 'en unas circunstancias especiales' que no especificó.

La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, no ha convocado ni una vez en la legislatura a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, el grupo de expertos que asesora al Gobierno en esta materia. Antes de la toma de posesión de Villalobos, esa comisión era mayoritariamente favorable a permitir el uso de los embriones congelados para investigar con células madre.

El científico español Bernat Soria, de la Universidad Miguel Hernández, investiga con células madre embrionarias en busca de un tratamiento contra la diabetes. La revelación de esas investigaciones en suelo español cayó como un jarro de agua fría en Sanidad, que se apresuró a exigir informes al científico y a consultar a sus asesores jurídicos sobre la legalidad de los experimentos.

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