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Reportaje:

Cultivo de tejidos y órganos para ensayos de terapia celular

Antes de conocerse la capacidad autorreparadora de las neuronas adultas, hallada por los científicos de Princeton, en docenas de universidades y laboratorios de biomedicina ya se estaban realizando distintos experimentos con el fin último de suplir las piezas de repuesto a los cerebros que las necesitan. Esos centros cultivan el "material" cerebral que luego se trasplanta a los enfermos, en un procedimiento denominado terapia celular.Actualmente se cultivan tres variedades principales de esa materia prima: cerebros animales, células madre y tejido humano canceroso. Aunque parezca a primera vista una imposibilidad, de este último -producido en la Universidad de Pittsburgh en tubos de ensayo a partir de tumores testiculares- se ha logrado que genere neurotrasmisores sanos y aminoácidos que luego se han logrado implantar con éxito en pacientes con derrames cerebrales.

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La regeneración cerebral abre nuevas fronteras

En el laboratorio de la empresa de biotecnología Genzyme, situado en las afueras de Boston, se dedican a la cría de cerdos con el exclusivo propósito de desguazarlos para el avance de la neurología. El proceso comienza con la inseminación artificial de los animales, que son luego sacrificados cuando llevan exactamente 27 días de embarazo. Es, según han calculado, el mejor momento para extraerles los fetos, de los que, a su vez, sacan el cerebro. Las neuronas frescas que allí crecían son la base de los trasplantes para regenerar los cerebros de los enfermos de Parkinson.

Cerebros de 26 cerdos

Para un solo trasplante son necesarios los cerebros de 26 cerdos, de los que se obtienen los 48 millones de células productoras de dopamina, la sustancia neurotrasmisora que dejan de fabricar los parkinsonianos. El procedimiento se ha realizado en casi medio centenar de enfermos, no sólo de Parkinson, sino de epilepsia y corea de Huntington, que, en general, mejoraron considerablemente tras la operación.En algunos casos se presenta una reacción de rechazo a las células extrañas. Para evitar esa posibilidad, el hospital Cedars-Sinaí, de Los Ángeles, está ensayando con el cultivo de las células de los propios pacientes. La técnica consiste en extraer del cerebro de los parkinsonianos las neuronas que todavía producen dopamina y ponerlas a reproducirse en un laboratorio. Cuando ya se ha logrado la cantidad suficiente se reimplantan en el mismo paciente.

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