EEUU: la liberación no reducirá los bombardeos
Washington cree que Moscú aprobaría en la ONU el despliegue de una fuerza militar en Kosovo
ENVIADO ESPECIALEl presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, dio ayer la bienvenida a la liberación de los tres soldados norteamericanos por el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y advirtió que ello no cambiará su determinación de mantener los ataques aéreos hasta que los refugiados albaneses puedan volver libremente a Kosovo. En una breve declaración distribuida por la Casa Blanca, Clinton agradeció también al dirigente negro Jesse Jackson sus gestiones que desembocaron en la libertad de los tres soldados y reconoció el profundo impacto que el gesto del presidente serbio ha tenido en la opinión pública de Estados Unidos. "Toda América disfruta de antemano su feliz regreso a casa".
La Casa Blanca teme que Jackson se convierta ahora en el embajador involuntario de la petición más reiterada por Milosevic: que paren los bombardeos "para dar una oportunidad a la paz", como ya ha pedido públicamente. El impulso que la liberación de los tres soldados norteamericanos haya podido dar al frente diplomático podrá medirse tras la entrevista que hoy mantendrá el presidente Clinton en la Casa Blanca con Jackson, quien lleva una carta del presidente yugoslavo, y con el exprimer ministro ruso Víktor Chernomirdin.Fuentes del Gobierno norteamericano, citadas por la prensa, indicaron que Rusia estaría dispuesta a apoyar una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que apruebe el despliegue de una fuerza militar internacional en Kosovo que permita el regreso de los refugiados.
En la carta que Milosevic ha dirigido a Clinton, y que le será entregada en mano por Jackson, se abordan cuatro de los cinco puntos exigidos por la OTAN para detener las hostilidades: el fin de la violencia en Kosovo, el regreso de los refugiados, la presencia de una fuerza internacional de paz y la búsqueda de una solución política negociada para el futuro de Kosovo. El punto al que aparentemente no hay respuesta es el que exige la total retirada de las fuerzas militares y policiales serbias de Kosovo.
Jackson declaró que la carta, "además de dar respuesta a los cuatro puntos básicos, expresa el deseo de Milosevic de reunirse con Clinton y resolver el conflicto a través de negociaciones". El dirigente demócrata multiplicó el domingo su presencia en las cadenas de la televisión norteamericana para hacer una rotundo llamamiento a la negociación. "En los próximos días, pediremos a todas las partes que den una oportunidad a la paz", señaló.
Firmeza oficial
Pero el Gobierno norteamericano, temeroso tal vez de perder la iniciativa política, mantuvo su posición inamovible en diversas declaraciones. El presidente Clinton, el vicepresidente, Al Gore, y el secretario de Defensa, William Cohen, dejaron claro que la liberación de los tres soldados no tendrá ningún efecto en la campaña aérea de la OTAN. Ayer el silencio más significativo era el de la Secretaria de Estado, Madeleine Albright, a la que algunos congresistas apuntan como la principal diseñadora de la estrategia norteamericana en los Balcanes y que ha tenido una escasa presencia en los últimos días.Pese al tono de firmeza del Ejecutivo, las iniciativas diplomáticas parecen multiplicarse. Ayer se anunció aquí que, en Viena, una delegación formada por once miembros del Congreso norteamericano y una delegación de legisladores rusos habían alcanzado un acuerdo sobre el marco diplomático adecuado para encontrar una salida negociada. El congresista Curt Weldon declaró a Reuters que estaba convencido de que Milosevic ha aceptado ya el despliegue de una fuerza militar internacional en Kosovo.Dragomir Karic, un empresario yugoslavo y hombre de confianza de Milosevic, asistió a las negociaciones en las que, por parte rusa, estaba presente Vladimir Ryzhkov, hombre del equipo de Chernomirdin.
El acuerdo preparado por los congresistas norteamericanos y los miembros de la Duma se basa en tres acciones que habría que adoptar en paralelo: detener los bombardeos de la OTAN, retirar las fuerzas serbias de Kosovo y parar las hostilidades del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). "Sabemos que se puede conseguir, debemos de dejar de decir: a ver quién para antes", afirmó el congresista Weldon. La segunda fase incluye el acuerdo por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, más los tres países directamente implicados en el conflicto, Yugoslavia, Albania y Macedonia, y el "reconocido liderazgo Kosovar" (en referencia a Ibrahim Rugova), para el despliegue de una fuerza armada internacional que se haría cargo de la administración temporal de la provincia yugoslava.
La delegación del Congreso norteamericano que informó a la Casa Blanca y al Departamento de Estado de sus conversaciones y del acuerdo alcanzado con los diputados rusos recibió el consejo de no viajar a Belgrado para reclamar el apoyo público de Milosevic a esa salida diplomática.
Pero las iniciativas parlamentarias son más amplias, ya que el Senado celebrará hoy un importante debate sobre si concede o no nuevos poderes a Clinton para dirigir la guerra. En una iniciativa auspiciada por el senador republicano John McCain, veterano de Vietnam y aspirante a la candidatura presidencial de su partido, y por el senador demócrata Joseph Biden, se pide al Senado que conceda al presidente el empleo de "todos los medios que fueran necesarios" para que EEUU y la OTAN alcancen sus objetivos en Kosovo.
La propuesta pasó al pleno del Senado sin que el poderoso Comité de Relaciones Exteriores se pronunciara sobre el fondo de la cuestión, pero los líderes de la mayoría república, Trent Lott, y de la minoría demócrata, Thomas Daschle, anunciaron que impedirían su aprobación. Esta aparente contradicción se debe a que los jefes de fila de los dos principales partidos consideran que no es el momento oportuno para dar nuevos poderes al presidente, que se ha comprometido a solicitar el permiso del Congreso antes de enviar nuevos contingentes militares para una invasión terrestre de Kosovo.
En el mismo frente parlamentario, 17 congresistas han presentado una demanda ante un Tribunal Federal de Washington para exigir al presidente que detenga la acción militar norteamericana en Kosovo al no mediar una previa declaración de guerra. La demanda cita el Acta de Poderes de Guerra, aprobada en 1973, en plena guerra de Vietnam, que exige a cualquier presidente que solicite la autorización del Congreso norteamericano para el empleo de la fuerza contra otro país en los 60 días después de haber ordenado un ataque. Clinton, por tanto, tendría que acudir al Congreso como muy tarde el próximo 25 de mayo.
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