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"Podemos estar contra Milosevic y contra las bombas al mismo tiempo"

El ministro griego de Asuntos Exteriores, Georges Papandreu, explica la difícil posición de su país, miembro de la OTAN y, al mismo tiempo, opuesto a que la Alianza castigue al régimen de Milosevic. Papandreu piensa que existen movimientos diplomáticos que permiten esperar, a medio plazo, una solución negociada al conflicto de Kosovo.Pregunta.¿Cuánto tiempo podrá el Gobierno griego mantener su solidaridad con la OTAN frente a una opinión pública que se pronuncia en un 97% contra los bombardeos?

Respuesta.Todo el mundo desea que la guerra se termine lo antes posible. Desde el principio hemos manifestado nuestra reserva, pero hemos aceptado el consenso de la OTAN. Ofrecemos mantenimiento logístico para las tropas estacionadas en Skopje sin tomar parte en la intervención armada. Además, desplegamos nuestros esfuerzos en tres ámbitos: la ayuda humanitaria en Albania, en Macedonia y en toda Yugoslavia, incluido Montenegro, y somos el único país cuyas ONG están presentes en Kosovo; trabajamos en la reconstrucción para el día después en Yugoslavia y en toda la región; y en un pacto de estabilidad sobre tres pilares: la seguridad, la democracia y el desarrollo económico. Esta política es la que sostiene la opinión pública griega, pero creo que la oposición a los bombardeos y al envío de tropas irá creciendo. Sería bueno que la Alianza comprendiera que las opiniones públicas de toda la región, a excepción quizá de Albania, se preguntan por la estrategia de la OTAN. Podemos estar contra Milosevic y contra la bombas al mismo tiempo.

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P.Sin embargo, ¿está usted de acuerdo en que tras el fracaso de Rambouillet la OTAN no tenía más opción que poner en práctica sus amenazas?

R.Yo he dicho en las reuniones de la UE que los bombardeos provocarían problemas y que debíamos intentar todas las soluciones diplomáticas. No olvido que Milosevic no se movió. Ahora estamos discutiendo reforzar el embargo contra Yugoslavia. Creo que hubiera sido buena idea empezar por ahí.

P.¿Qué espera de Rusia después del fracaso de las misiones de Primakov y Chernomirdin?

R.El conjunto no es del todo negativo. Hay movimientos pequeños, pero visibles de ambas partes. Los serbios dicen ahora que sí a una fuerza de vigilancia, desarmada, es cierto. Del lado de la OTAN, dos puntos son importantes: primero, que no habrá partición de Kosovo; segundo, después de haber hablado de una fuerza con mando de la OTAN, discutimos ahora una fuerza dirigida por la ONU con un núcleo de la OTAN. No quiere decir que habrá una solución mañana, pero quizá sea pronto.

P.¿Excluye una intervención terrestre?

R.Si hay acuerdo, Grecia participará en una operación de mantenimiento de la paz. Sin acuerdo Grecia no participará e incluso la reprobará. Nadie piensa que la OTAN no pueda imponerse, pero las consecuencias serían terribles para la región.

P.El plan de estabilidad de los Balcanes incluye a Serbia...

R.Desde luego, después del final del conflicto.

P.¿Incluye a la Serbia de Milosevic?

R.Es una cuestión que deberemos plantearnos después del conflicto. Pero creo que no hay que personificar ni diabolizar a un solo hombre. Es demasiado pronto para saber qué será de Yugoslavia tras el conflicto.

P.¿El conflicto ha influido en sus relaciones con Macedonia?

R.Después del acuerdo de 1995 nuestras relaciones se han desarrollado. Grecia es el primer inversor en Skopje. Durante la crisis hemos trabajado juntos diariamente por la estabilidad. El nombre sigue siendo un problema, pero esperamos que el buen clima que hemos creado, incluso en nuestras opiniones públicas, servirá de catalizador para una solución de compromiso. En esta región, las cuestiones fronterizas y de minorías han estado largo tiempo confundidas a costa de las minorías. Hay que separar las dos cuestiones, no poner en causa las fronteras, incluso si son irracionales, puesto que cambiar las fronteras significa querer un país étnicamente puro que no existe. Ése no es el modelo que intentamos desarrollar en Europa.

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