Chávez se ofrece a Colombia como mediador en el proceso de paz

Los presidentes de Colombia y Venezuela, Andrés Pastrana y Hugo Chávez, solucionaron en Santo Domingo el choque diplomático registrado en marzo pasado entre los dos países después de que el jefe de Gobierno de Caracas efectuase unas declaraciones en las que reconocía a la guerrilla colombiana el estatus de fuerza beligerante, término más amplio que el político, concedido por el Gobierno colombiano. Aquél acepta la autoridad de los rebeldes sobre el territorio que controlan, en tanto que el político concede a los rebeldes su condición de tales, y somete a negociación sus reclamaciones. Fidel Castro, que agradeció la declaración final de la cumbre contra la Ley Helms-Burton y el embargo estadounidense a Cuba, se entrevistó con los dos gobernantes en el marco de la II Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), a la que asistieron 21 presidentes. Pastrana desearía que Castro influyera con más fuerza sobre las guerrillas para avanzar en unas negociaciones de paz que van para largo y a trompicones. Chávez, por otra parte, anunció mayores facilidades en el suministro de petróleo a los países caribeños, y algunos observadores se preguntaron por la reacción estadounidense si el incremento en la entrega de crudo incluye a Cuba, cuyas necesidades energética son grandes.

Resueltas las diferencias semánticas sobre la guerrilla, y después de que la cancillería venezolana precisara que únicamente reconoce a los insurrectos estatus político, Hugo Chávez se ofreció como mediador en el proceso de paz del Ejecutivo de Pastrana con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en armas desde hace casi cuatro décadas.