_
_
_
_
_
EL DEBATE SOBRE LOS ALIMENTOS MODIFICADOS

España es el país europeo que más importa y cultiva maíz alterado

España es el país de la Unión Europea que más relación tiene con los alimentos transgénicos. Es el primer importador de maíz modificado genéticamente y el que más cultiva: 20.000 hectáreas del maíz fabricado por la multinacional estadounidense Novartis, la única variedad permitida hasta ahora por el Gobierno. También es el segundo en importación de soja.La opinión pública española comenzó a familiarizarse con la palabra transgénico a finales de 1996. El 2 de diciembre de ese año siete activistas de Greenpeace se encadenaron en el puerto de Barcelona al muelle donde se encontraba amarrado un barco con 45.000 toneladas de soja, de las que el 2% era transgénica. Era uno de los primeros cargamentos que llegaba a España, y el inicio de una polémica -los peligros de sanitarios y medioambientales de estos alimentos- que aún continúa.

Más información
Entre la moda y el desconcierto
La industria de EE UU se enfrenta al Tercer Mundo en la cumbre de Colombia
Un informe oficial británico alerta sobre los riesgos medioambientales de los transgénicos

El Gobierno español, casi siempre a través del Ministerio de Sanidad, se ha limitado la mayoría de las veces a obedecer las directrices europeas en la materia. Sin embargo, y de acuerdo con las cifras y los argumentos que presentan diversas organizaciones ecologistas, España se está convirtiendo "en un campo de pruebas de productos transgénicos".

Aumento de las pruebas

El número de pruebas notificadas por España a la Comisión Europea se multiplicó por tres en apenas tres años. Si en 1996 fueron 36 los proyectos, hace apenas un mes el Gobierno informó de 124 nuevas iniciativas. Lo más grave, según Ecologistas en Acción -que agrupa a más de 300 ONG relacionadas con el medio ambiente-, es que sólo 17 de estos ensayos corresponden a universidades o instituciones de investigación pública: el resto (un 86%) se lo reparten las grandes multinacionales del sector, como Monsanto, Novartis, Rhòne-Poulenc y AgrEvo. Estas licencias son para ensayos de campo, sin autorización todavía para ser comercializados.

Gregorio Álvaro, portavoz de Ecologistas en Acción, acusa al Gobierno de que el Comité de Bioseguridad que autoriza los nuevos proyectos no tiene representación de las organizaciones ecologistas "ni de los sindicatos agrarios".

Las organizaciones medioambientales quieren también que se cumpla la normativa europea, vigente desde septiembre de 1998, que obliga a todos los países de la UE a etiquetar con la leyenda "Producto genéticamente modificado" a los alimentos de origen transgénico. En España, algunas compañías, como Nabisco, ya lo hacen: las galletas Oreo, de la multinacional norteamericana, llevan dicha inscripción, ya que uno de sus componentes proviene de maíz transgénico.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_