La deforestación actual amazónica supera a la realizada desde Colón

La deforestación de la Amazonica brasileña durante los últimos años ha sido más grande que en todo el tiempo transcurrido desde el descubrimiento de Brasil, afirmaron ayer diversas organizaciones ecológicas, apoyándose en los datos de satélite suministrados por el Instituto de Investigaciones Espaciales (Inpe). El récord se batió en 1995, cuando se destruyeron 29.095 kilómetros cuadrados, equivalentes al territorio de Bélgica.

Pero el área total deforestada a lo largo de los años llega -a los 510.000 kilómetros cuadrados, similar a la superficie de España.A pesar de que la deforestación de 1995 dobló la del año anterior, lo cierto es que el año siguiente la tala se redujo significativamente, para alcanzar apenas 18.161 kilómetros cuadrados. "Es verdad que está disminuyendo, pero de todas formas no hay nada que celebrar", comentó el ministro del Medio Ambiente de Brasil, Gustavo Krause.

La peor amenaza a la selva tropical más grande del mundo son las "queimadas", incendios provocados deliberadamente por grandes ganaderos para ganarle a la Amazonia terrenos para pastos y por pequeños propietarios agrícolas, a fin de desbrozar suelo para siembra.

Todos los años, desde agosto hasta marzo, el satélite Landsat-suspendido sobre la Amazonia como un enorme ojo electrónico- registra por las noches miles de puntos brillantes, cada uno de los cuales representa una hoguera en la que se consume un pedazo de floresta. Durante esos meses, una densa nube formada por el humo de las "queimadas" envuelve la atmósfera de toda la región, encubriendo la luz del sol, provocando enfermedades respiratorias y obligando al cierre de escuelas y aeropuertos.

Con frecuencia, los ganaderos se asocian a las empresas madereras asiáticas, que talan los bosques clandestinamente, llevándose las maderas más nobles y quemando el resto. El año pasado, el Instituto Brasileño de Recursos Naturales Renovables (Ibama), decomisó 600.000 metros cúbicos de madera extraída ilegalmente y llegó a emitir multas por más de 10.000.000 de dólares a empresas madereras extranjeras.

Según los datos del Ibama, el 90% de la madera que se consume en Brasil proviene de la selva amazónica. Pero los datos más recientes señalan otro villano de las estadísticas de la destrucción: la reforma agraria que se lleva a cabo en Brasil. El presidente del Ibarna, Eduardo Martins, reveló que la mayor parte del desmonte ocurre en las pequeñas propiedades rurales, situadas en áreas colonizadas por la reforma agraria.

"Sé que estoy dañando el medio ambiente, pero no tengo otra posibilidad; la alternativa es no plantar y morirme de hambre" explica un campesino en el selvático estado norteño de Pará.

En la ceremonia realizada en el Inpe para dar a conocer el informe, el ministro atribuyó la mejoría a las medidas adoptadas por el Gobierno en 1996, tales como limitar la tala legal por parte de los hacendados y un mayor control sobre las madereras.