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LA CONFERENCIA DE MADRID

González apuesta ante Gorbachov por mantener cohesionada a la URSS

El presidente Felipe González, apegado al mantenimiento de la unidad de la URSS, aprovechó ayer su entrevista con el jefe de Estado soviético, Mijaíl Gorbachov, para reiterar públicamente su apuesta a favor de un poder central en Moscú que evite la desintegración del país. Tras un almuerzo privado con el matrimonio González en el palacio de la Moncloa, Gorbachov y su esposa, Raísa, viajaron al sur de Francia.

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"Mi concepción de la relación con la URSS", afirmó González en el curso de una rueda de prensa conjunta con su huésped, "es mantener ese país como una unión capaz de ser interlocutor del resto del mundo, y esto es perfectamente compatible con el respeto y el apoyo a las reformas democráticas de todas las repúblicas". Esta, añadió, "es la gran apuesta por la estabilidad y la cooperacíón".Gorbachov aprovechó la ocasión para agradecer la solidaridad del Gobierno español, ante los micrófonos colocados en las puertas de la sede del Consejo de Ministros, cuando el 19 de agosto, se produjo el frustrado golpe de Estado en Moscú. En su primer viaje al extranjero desde aquel trágico acontecimiento, Gorbachov recordó que España "fue uno de los primeros países en adoptar una actitud clara".

La víspera, en la cena que ofreció el Rey en el palacio de la Zarzuela a los presidentes norteamericano y soviético -a la que también asistió González-, Gorbachov aseguró que "no podía compartir mesa con mejores comensales porque España y EE UU fueron las primeras potencias que condenaron con firmeza la intentona castrense.

No sucedió lo mismo con Francia. En su libro recién publicado (The putsch, editado por Harper Collins), Gorbachov lamenta que el presidente François Mitterrand no intentase ponerse en contacto con él cuando estaba retenido por los golpistas en su residencia veraniega de Foros (Crimea).

Si el apoyo español al presidente constitucional de la URSS fue casi inmediato, el Gobierno reaccionó con cierta lentitud para reconocer los méritos del líder ruso, Borís Yeltsin, según fuentes diplomáticas.

El Ejecutivo tardó más de 48 horas en alabar la resistencia antigolpista de Yeltsin y en ponerse en contacto, a través de la Embajada de España, con el Ministerio de Exteriores ruso que, de hecho, había sustituido al soviético en manos de Alexandr Besmértnij, destituido por su ambigua actitud durante el golpe.

¿Nuevo golpe?

"Creo", vaticinó Gorbachov, "que un nuevo intento de golpe no tendría éxito, porque las fuerzas que lo provocaron han fracasado". Pero reconoció, no obstante "el enorme descontento de la gente, que tiene gran necesidad" y que puede generar alguna "aventura". "Mantenemos", recordó a continuación González para demostrar su solidaridad, "un tratado con unas líneas de crédito [150.000 millones de pesetas] que (...) está funcionando, y espero que siga así".

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