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Los fabricantes rompen el acuerdo que acabó con la 'guerra del tomate'

El difícil acuerdo alcanzado la semana pasada entre agricultores y conserveros del valle medio del Ebro (Navarra, Aragón y La Rioja) para poner fin a la llamada guerra del tomate ha quedado roto en las tres regiones después de que los fabricantes se negaran a comprar la producción de tomates prevista en el acuerdo, entre 95.000 y 110.000 toneladas, rebajando esta cantidad hasta un máximo de 75.000 toneladas. Ante la imposibilidad de cumplir los términos del acuerdo, los agricultores, que tienen necesidad de recoger el tomate antes de que se estropee en la mata, están entregando el producto a precios de mercado que oscilan entre cuatro y cinco pesetas por kilo, frente a las 7,25 pesetas previstas en el acuerdo.En la mesa de seguimiento del acuerdo, que reunió el pasado martes en Pamplona a los representantes de los agricultores, fabricantes, administraciones autonómicas y central, se constató la imposibilidad de cumplir los puntos pactados debido, según los agricultores, a la falta de voluntad de algunas empresas conserveras y a la pasividad de la Administración que no fue capaz de ofrecer ninguna alternativa a las asociaciones agrarias firmantes del acuerdo.

Un portavoz de la Unión de Agricultores de La Rioja señaló ayer a este periódico, que con la campaña de recogida del tomate en pleno apogeo cada agricultor está intentando vender el producto como puede aunque se pretende concentrar la oferta en los pueblos para negociar el mejor precio posible, que no llegará a las cinco pesetas por kilo frente a las 10 pesetas que solicitaban los agricultores al comienzo del conflicto.

En el acuerdo firmado en Madrid entre las uniones de agricultores de Navarra, Aragón y La Rioja y las asociaciones de conserveros AGRUCON y CONSEBRO se estableció un plazo de tres días para confeccionar la lista de empresas a las que cada pueblo debería entregar el producto. Según Carmelo Guinea, portavoz de la UAGR, la actitud de las empresas ha sido muy cicatera ya que hasta casi las 12 de la noche del último día del plazo, no se facilitó la relación de fábricas con el cupo que iban a absorber, ni se habían entregado las cajas para recoger el producto y trasladarlo a las fábricas.

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