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Tribuna
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Cuatro razones sandinistas para que Washington ceda

El presidente Ronald Reagan pide al pueblo de los Estados Unidos y al Congreso norteamericano que continúen financiando la guerra encubierta de la CIA contra Nicaragua. Dice que su objetivo es conseguir una reestructuración de nuestro Gobierno. Existen cuatro razones para que el pueblo norteamericano rechace esta propuesta.En primer lugar, la guerra encubierta es ilegal. El Tribunal Internacional de Justicia ordenó el 10 de mayo de 1984 a EE UU que cesará en sus agresiones. Citaba los Principios de la ONU y la Organización de Estados Americanos, que prohíbe el uso de la fuerza contra la integridad territorial y la independencia política de otra nación. La Administración USA hizo caso omiso.

La guerra no puede justificarse como autodefensa. La Administración Reagan admite ahora que su propósito es derrocar a nuestro Gobierno, no como se dijo al Congreso y al pueblo norteamericano para interrumpir un supuesto flujo de armas con destino a los rebeldes salvadoreños. Aun cuando la Casa Blanca mantenía esta teoría, nunca mostró pruebas de que existiera este flujo de armas, simplemente porque no existe.

¿Por qué preocuparse de las leyes internacionales? Porque la falta de respeto por la ley produce el caos. Cuando una nación poderosa repudia las leyes internacionales -y a su símbolo más representativo, el Tribunal Internacional- amenaza al orden legal y sienta un peligroso precedente.

La segunda razón es que la guerra encubierta es inmoral. Esta guerra está dirigida contra los civiles nicaragüenses, no contra los militares. Los contras penetran en nuestro territorio desde las bases establecidas en Honduras y Costa Rica para asesinar, torturar y secuestrar a hombres, mujeres y niños. ( ... ) Cientos de civiles han perecido, al tiempo que el daño causado a nuestra economía puede contarse en cientos de millones de dólares.

"Luchadores por la libertad"

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El señor Reagan llama a estos terroristas "luchadores por la libertad". Su Administración intenta cubrir sus atrocidades y las pasa por alto como "propaganda sandinista". Pero los informes de las atrocidades de los contras publica dos la semana pasada por organizaciones de derechos humanos norteamericanas revelan la verdad al pueblo americano, que está financiando estos crímenes. ( ... )

Es inmoral y contrario a los valores americanos que la Administración norteamericana intente imponer un nuevo Gobierno en Nicaragua. Nuestro Gobierno fue elegido el 4 de noviembre de 1984 en las elecciones más libres y más justas de la historia de Nicaragua más de 1,1 millones de personas votaron (el 75,4% de los censados) y participaron siete partidos políticos. Los partidos de la oposición recibieron más del 33% de los votos y ahora ocupan 35 de los 96 es caños de nuestro Parlamento. (...)

La tercera razón por la que los norteamericanos deben rechaza la petición de aumento de los fondos de ayuda a los rebeldes nicaragüenses es que la guerra encubierta es fútil e innecesaria. Durante más de cuatro años de lucha, y a pesar de los más de 100 millones de dólares de ayuda americana los contras no han conseguido capturar o mantener ningún territorio nicaragüense. Sólo hay una explicación: no tienen apoyo popular.

No hay razón para que Washington siga prestando esta ayuda Nicaragua no amenaza ninguno de sus legítimos intereses de seguridad en Centroamérica. En el pro ceso de Contadora y las conversaciones de Manzanillo (México) que comenzaron en junio de 1984, pero que fueron suspendidas en enero de 1985, hemos dejado claro que deseamos atender a las preocupaciones norteamericanas. Hemos repetido que no queremos bases militares extranjeras en nuestra tierra, que estaríamos dispuestos a ponernos de acuerdo con nuestros vecinos para establecer un equilibrio militar razonable en Centroamérica, y retirar a todos los consejeros militares extranjeros. Nunca seremos una nación agresora. Nuestras armas son defensivas.

Guerra encubierta

Un pretexto para la guerra encubierta es la supuesta necesidad de forzar a Nicaragua para sentarse en la mesa de negociaciones. Sin embargo, como ha dicho un representante demócrata de Maryland, Nicaragua ya está en ella. Nicaragua está totalmente comprometida en conseguir una solución política. Nicaragua aceptó por su cuenta la propuesta de septiembre de 1984 de los países de Contadora -Colombia, México, Panamá y Venezuela- Norteamérica saboteó el acuerdo presionando a sus aliados centroamericanos para que aceptaran. Norteaméricano Nicaragua, interrumpió las conversaciones de Manzanillo.

El problema no es forzar a Nicaragua para que negocie: es persuadir a Washington para que negocie con Nicaragua y para que tenga en cuenta el proceso de Contadora, no sólo de boquilla.

La cuarta razón para interrumpir la ayuda a los contras es que la guerra encubierta es contraproducente. Si el señor Reagan quiere realmente que reduzcamos nuestro Ejército, que dejemos de adquirir armas y que mandemos a casa a los consejeros militares extranjeros, debe cesar esta guerra y la concentración militar sin precedentes que hay en Honduras.( ... )

La Administración norteamericana se queja de que obtenemos armas de países socialistas, pero Washington lo hace necesario. ¿Acaso no tenemos derecho a conseguir armas para defendernos? Washington ha presionado a sus aliados para que no nos vendan armas.

El señor Reagan nos llama "totalitarios" porque hemos impuesto un estado de emergencia que restringe ciertos derechos, incluyendo la libertad de Prensa en lo que se refiere a asuntos militares y de seguridad. El estado de emergencia fue impuesto en 1982 como respuesta directa a la guerra encubierta. Si el señor Reagan quiere realmente la restauración plena de los derechos políticos y civiles, sólo tiene que parar la guerra.

Deseamos obtener de Estados Unidos una paz con dignidad. A pesar de los crímenes cometidos contra nosotros, extendemos la mano en amistad.

Daniel Ortega Saavedra es presidente de Nicaragua.

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